Queridos jóvenes, y ustedes, ¿para cuándo piensan entrarle?

Luis Sunderland Méndez 

@LouSunderland

La esencia de todo desarrollo es la disposición para cambiar a fin de mejorarnos y luego la disposición incansable, para asumir cualquier responsabilidad que esto nos acarree. 

Bill Wilson.

Dicen por ahí que en política, no hay que dar por hecho, lo que no está hecho y esto es precisamente lo que nos está pasando a los mexicanos. Tanto en la esfera gubernamental y sus seguidores que son bastantes, y que dicen que esta transformación es irreversible, así como con los opositores e inconformes que de igual forma son muchísimos, tantos que pienso que somos la mayoría, que no se deciden a prepararse para enfrentar nuestro futuro lectivo. Veo en unos una dinámica destructiva incansable y en los otros, solo atinar a mentar madres en las redes sociales y de vez en cuando, en las reuniones.

Leí hoy un tuit de Gisela Rubach, consultora de marketing político y a quien admiro mucho, que nos pregunta si sabemos cuál es nuestro peor enemigo en este momento y nos dice que es la apatía y termina preguntando si despertaremos algún día.

No puedo estar más de acuerdo con ella, pero yo lo veo todavía peor, yo le sumo la indiferencia enorme de los más jóvenes, que ya no siendo unos muchachos, ni siquiera se interesan en estar medio informados de lo que los políticos hacen deciden, dicen, discuten etc.

Encuentro una generalizada indiferencia que no veo cómo combatirla y convencer que por lo menos escojan un periódico o un pequeño grupo de columnistas o vean o escuchen un noticiero en la televisión o en la radio, pero que hagan algo para estar medianamente informados.

Hace unos días tuve la oportunidad de conversar grupalmente con algunos jóvenes cuyas edades oscilan entre los 40 y 50 años. Y les digo jóvenes, porque si los comparo conmigo, resulta que soy un veterano. Me asombró que apenas conocían el nombre del Consejero Presidente, pero  ninguno de los presentes sabía explicar correctamente la pretensión del Presidente López de acabar con el INE y el TRIFE ni mucho menos las consecuencias para México con tal medida que a todas luces amenaza con asesinar a nuestra democracia.

Cuando yo les pregunte que pensaban de las elecciones del año 2024, me llegaron a decir que era preferible que el presupuesto se redujera drásticamente, no solo el número de diputados y senadores, sino los recursos para estos dos organismos mexicanos que han resultado modelo para que otros países los quieran tener. No sabían que la tercera parte del presupuesto se lo llevan los partidos y que la credencialización aparte de ser gratuita, alguien tiene que pagarla, así como los sueldos del personal de base en toda la república.

Realmente quedé azorado con su lamentable falta de interés y mi alarma creció cuando les pregunte que pensaban sobre la manera en que llegaremos a las elecciones en los estados de México y de Coahuila el año que entra y la importancia que tienen para pavimentarle el camino a la oposición para el 2024. Si bien es cierto que estaban enterados de la existencia de esos elecciones, pero del cómo  llegaremos a ellas en el caso de que se llegaran a cumplir los terribles pronósticos de algunos columnistas y analistas, ni una palabra.

Amigos, el enorme Bill Wilson nos señala que si queremos desarrollo para mejorar, o nos decidimos a cambiar y tener la disposición de responsabilizarnos o mejor nos olvidamos del futuro que les deparará esta grave falta de empatía que nos está llevando poco a poco, pero inexorablemente a que los mexicanos entre los 20 y 60 años de edad no tengan opciones y oportunidades para estar, ser y crecer aprovechando los tiempos que estamos viviendo.

Todavía se puede lograr que la parte de la sociedad mexicana que no está de acuerdo con que la 4T nos esté haciendo retroceder, se una en torno a un proyecto que nos sitúe en el México que podemos tener. No se trata de ninguna manera de regresar al modelo que antecedió a Morena, se trata de innovar y de pensar que es lo que realmente se requiere, con responsabilidad y visión. Se necesita del esfuerzo y lucha todos los días y presionar a los partidos políticos de la oposición a que, por medio de una alianza entre ellos y la sociedad, se enfrenten los retos que se nos vienen, entre ellos el más importante, la reconstrucción de nuestro México.

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