abril 28, 2024

Las migajas del poder: Grandes dudas en el proceso electoral

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Luis Sunderland Méndez

X@LouSunderland

22 de marzo de 2024

Conforme avanzan las campañas por los que votaremos el próximo 2 de junio, la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México Xóchitl Gálvez, ha ido ganando terreno y alcanzando a la candidata oficial, a pesar de las continuas descalificaciones que desde Palacio Nacional, la propia Sheinbaum, algunos columnistas y analistas a modo, le lanzan una andanada de ataques y descalificaciones, haciéndole el juego a López que de una manera completamente ilegal, ilícita e ilegítima, trata de sembrar en la mente y en el ánimo del electorado,  que Xóchitl no tiene ya nada que hacer porque la supuesta ventaja de Claudia es irremontable.

Se necesita que el electorado piense con detenimiento que si fuera así, el presidente y sus rémoras, no tendrían por qué descalificar de esa manera a la candidata opositora.

El presidente anuncia que la oposición querrá seguramente dar un golpe de estado o algo así porque -como van a perder las elecciones-, las impugnarán y pedirán su nulidad. Se cura en salud el presidente. Él es muy predecible y ya no nos engaña, seguramente apoyado de las cúpulas militares y hasta posiblemente del crimen organizado, trataría de impedir que la oposición gane las elecciones, o que una vez habiendo triunfado, desconocer el resultado y tratar de mantenerse en Palacio.

Las encuestas que algunos diarios publican con una muy abultada preferencia de la candidata oficial sobre la opositora, es caldo de cultivo para desanimar a los votantes a salir a votar libremente por la candidata o candidato de sus preferencias. La que presentó el martes el periódico Reforma, ralló en lo absurdo. Señalan que un 47 por ciento no quiere participar y la mitad de los que contestaron, aún no deciden por quién votar. Así que basan su resultado en una respuesta real de solo un 25 por ciento. Que le sabrán a los Junco que ya se alinearon con el sistema.

Nada de esto tiene sentido y es inevitable que la oposición se ponga nerviosa. Porque a veces, a pesar de que en las reuniones en las que ha asistido Xóchitl ha hecho un buen papel, ella debe de serenarse y cuidar su forma de expresión al detalle. Lo que está en juego es nada menos que la Presidencia de la República. Si quieres ser presidente, debes de actuar como tal y a veces ella exagera con sus desplantes de sencillez y con su léxico.

Muy mala impresión causó el altercado de dos de sus colaboradores en el que uno le dio un cabezazo a otro en un mitin. Eso no puede ser, eso desanima a mucha gente y será inevitable que surjan descalificaciones.

Si de por sí, los partidos políticos no siempre han dado buena nota, con estos incidentes la imagen se puede dañar.

Si hay una ventaja de Sheinbaum -lógico, lleva dos años en campaña-, pero no de la manera en la que señalan las publicaciones. Ella ya llegó a su techo de popularidad y de conocimiento y Xóchitl, debe de crecer aún mucho más y rebasarla. 

Por eso se tiene que cuidar los mensajes que se dan, para conquistar al electorado. Los spots de Sheinbaum están muy bien hechos y los de Xóchitl no prenden, sobre todo en el electorado joven. Las elecciones no se ganan con propuestas, se ganan con emociones. Insisto en que el publicista de Xóchitl es un perdedor nato.

Si ya de por sí hay inconsistencias con el árbitro electoral y con el órgano que calificará la elección, porque en el INE es muy obvio que hay dos bandos y que ni los presupuestos están bien definidos y en el TRIFE, le faltan 2 magistrados que López impidió que se nombraran. Esto se puede subsanar llamando a un emergente de algún tribunal estatal, pero las cosas no están de ninguna meneara como deberían de estar.

Una vez más, si el día de las elecciones no van a votar cerca de 70 millones de mexicanos, será muy difícil que López y las fuerzas armadas no se animen a hacer una barbaridad Se requiere que el triunfo de Xóchitl sea por un margen claro y grande, así ellos no se atreverían a hacer el oso más grande de la historia nacional, ante el electorado y la opinión pública y gubernamental internacional. Se necesita absoluta contundencia.

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