abril 29, 2024

Hablemos del psicosíndrome de la mujer que fue bella

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La mayoría de las decisiones de una persona con el psicosíndrome de la mujer que fue bella están basadas en la superficialidad; por ejemplo, cuando están solteras, realmente no les interesa escoger alguna profesión con la cual puedan mantenerse, ya que están seguras que siempre habrá alguien que hará todo por ellas

Alma R. Bernal Trujillo / @AlmaBer03976513

Envejecer siempre es algo que nos marca, sobre todo para aquellas mujeres cuya única atención es la belleza física, lo que da como resultado un desequilibrio muy marcado en su vida emocional. Para ellas el sentirse orgullosas de su atractivo físico, por todas aquellas cosas materiales y materiales que le trajo a su vida, es muy importante. Desde niña su atractivo ha sido reconocido de manera abierta, seguramente fueron elegidas como “Reina de la Primavera”, las contrataron para ser imagen de una marca o un servicio en una o varias ocasiones.

Tenía a su disposición a los mejores pretendientes que le ofrecían no solo la belleza física masculina sino un estatus tanto social como económico, que solo este tipo de mujeres llegarían a tener a diferencia de otro tipo de mujeres. Fueron tantos y tan variados los tipos de satisfacción que le trajo su belleza, que se le hizo fácil pensar que siempre sería igual y su única motivación sería conservar aquella belleza física sin importar nada más.

La mayoría de sus decisiones están basadas en la superficialidad; por ejemplo, cuando están solteras, realmente no les interesa escoger alguna profesión con la cual puedan mantenerse, ya que están seguras que siempre habrá alguien que hará todo por ellas o, en el último caso, estudian algo que no les representa mayor reto intelectual ya que seguramente que en la escuela o universidad que estén inscritas encontrarán algún galán que esté dispuesto hacer todo por ellas.

La idea equivocada de que por ser bellas lo merecen todo y creer que solo por ello pueden tener la mejor vida posible hará que en algún momento de la vida se enfrenten al conflicto de una mala elección de pareja. Usualmente elegirán alguien que la convertirá en una masoquista en la relación y que dependa absolutamente por completo de su pareja.

La belleza de la juventud, que en su momento fue algo lindo y natural, ahora se vuelve una obligación para cuidarse y mantenerse joven, delgada y bella “por siempre”, esto suele ser más complicado con el paso del tiempo y comienza a desarrollar amargura por recordar sus glorias pasadas, volviéndose una mujer de mal carácter que se la pasa repitiendo lo que vivió en su juventud y la forma en que todo el mundo se rendía ante su belleza, sobre todo los hombres, ya que para ella, las otras mujeres jamás le llegarían a los talones en cualquier sentido.

Se deprimirá cuando note sus primeras arrugas y la flacidez de los tejidos, se dedicará a comprar todos los productos de belleza que puedan ayudarle a conservar su belleza; estará inscrita en todas las clases de ejercicio para poder mantener su figura y gastará todo su dinero para poder retardar el envejecimiento, lo que hará que desarrolle una gran obsesión pero también depresión ocasional al ver cualquier signo de la edad.

La competencia con otras mujeres más jóvenes se centrará principalmente en sus hijas, llegando, incluso, a mencionar que fueron mucho más bellas que ellas a su edad, y harán todo para sentir que nunca lleguen a la belleza que tuvieron en su juventud.

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