Luis Sunderland
No cabe duda que ojear de vez en cuando publicaciones que comúnmente no se tienen a la mano, resulta una experiencia interesante y muy útil. Me encontré con un artículo en el The New York Times Internacional Weekly escrito por Gautham Nagesh, en el que narra una vivencia de un especialista en la tecnología Vijay Ravindran que trabajando en Amazón supervisando los trabajos del equipo que creo el servicio Prime y que después se incorporó a The Washington Post como su director digital.
No obstante, Ravindran, en el año 2015, estando con su hijo de seis años de edad. Que padece una discapacidad del espectro autista y que recibía varias terapias para poder sobrellevar este terrible síndrome, en su casa trabajando, de pronto su pequeño le pidió que le pusiera un casco de realidad virtual y sucedió algo que él mismo lo calificó de increíble.
Vijay le puso el casco al chico y continuó su trabajo. Transcurrieron unos 30 minutos en el que el niño paseo virtualmente en Google Street View. Después de que se quitó el casco, el chico se fue a su recamara y comenzó a hacer lo que había hecho con el casco de realidad virtual, pero sin estar usándolo.
Los niños autistas tienen a veces problemas con los juegos imaginarios y desde luego en el tema de las habilidades para socializar. Pero el especialista observó que la capacidad para poder traspasar la experiencia con el casco que había vivido al mundo real, hizo que Ravindran, generara una idea que la dejo escalar hasta que fundó su propia organización Floreo.
Esta organización actualmente se dedica a desarrollar lecciones en realidad virtual para auxiliar a los terapeutas, los maestros y sobre todo a los padres de niños autistas. Se ha convertido en una magnífica herramienta de terapia.
Sin embargo, esta idea de utilizar la realidad virtual en el auxilio del autismo, no es nueva, pero Vijay expreso que la disponibilidad generalizada de visores comerciales de realidad visual, ha aumentado la investigación y su distribución a mayor escala.
Actualmente Floreo tiene desarrollado casi 200 lecciones para el auxilio terapéutico que permite a los niños desarrollar habilidades sociales y prepararse para casi todo tipo de experiencias que se pueden presentar simplemente en la calle al momento de cruzar una avenida.
En el 2021, Floreo distribuyó 17 mil lecciones a diferentes instituciones o clientes en los Estados Unidos. Lo más relevante es que los terapeutas expertos en tratar este síndrome, piensan que la plataforma de Floreo, se globalizará a muy corto plazo.
En el sistema Floreo, el chico que lo usa, se pone su visor y tiene una gran aventura que a la vez es una lección, ya que el sistema lo está entrenando, mientras que el padre o la madre, el terapeuta, consejero o ayudante, interactúa con él, por medio de un iPad.
Hay una gran variedad de situaciones, como ir de visita a un acuario o simplemente al supermercado. Se les enseña a los niños autistas que tienen dificultades para la interpretación de las señales no verbales y a saber interpretar el lenguaje corporal.
Una directora de la Autistic Self Advocacy Network, Zoe Gross, advirtió que el potencial de estas lecciones de realidad virtual, auxilian a ensayar a los pacientes en situaciones desconocidas, pero no estuvo muy convencida del énfasis en la industria de la terapia conductista en el uso de tecnologías emergentes para enseñar las habilidades sociales de los autistas.
En cambio los médicos especialistas clínicos que han probado Floreo, señalaron que el entorno de la realidad virtual, facilita la concentración en la lección a diferencia del mundo real, donde se ven abrumados por estímulos sensoriales.
Michea Rahman, patóloga del habla y del lenguaje en Houston, Texas, comentó que las habilidades sociales de Floreo, si permanecen. Para Ravindran, cuando tuvo sus primeros éxitos, estos lo convencieron de que se debía comprometerse y ha tenido muchas recompensas cuando los familiares de los niños, lo abrazan para expresarle su agradecimiento.
