Luis Sunderland Méndez
@LouSunderland
El pre proceso electoral que están iniciando Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum en ambos casos están transitando por caminos agrestes y que a la sociedad le resulta difícil de entender y de conectarse a ellas. Son dos frentes entrampados en diferentes pugnas internas que solo importan sus propios intereses.
No cabe duda de que la contienda entre las fuerzas que apoyan al presidente y las que ya eligieron a la senadora Gálvez como futura candidata, y ahora con las de Movimiento Ciudadano, en el que Dante Delgado se empeña en ser una tercera vía y de paso descarrilar al Frente Amplio por México, aunque muchos no se la creen, porque lo interpretan como una alianza con López Obrador para entorpecer más de lo que ya está la oposición.
La señora Sheinbaum, por más poder que muestra, no comunica, no gusta, no motiva a nadie más que a sus acarreados que se suman a los simpatizantes de la 4T y le aplauden y le sonríen y hasta se toman selfis más por el miedo que les da que les quiten sus privilegios sociales. Las luchas intestinas en la 4T, podrían tirarla al suelo de las preferencias.
Por su parte, Xóchitl resultó ser una muy buena opción para la ciudadanía, porque si la comparamos con su adversaria, le sobra carisma y simpatía sobre todo en los momentos tan difíciles que estamos viviendo en casi todo el país, pero nada más, porque el apoyo de los tres partidos que se supone a secundan, está más opaco que gris.
Tanto el equipo de la propia senadora, como el de los partidos políticos, nada más no acaban de coordinarse y están muy lejos de consolidarse como una fuerza competitiva que le arranque el poder de las manos al presidente y a los diferentes y muy distintos grupos con los que está en verdadero contubernio.
Yo creo que son una verdadera minoría los que entiendan esto de un gobierno de coalición. Casi nadie comprende a fondo lo que a diario informan los medios y desinforman las redes sociales, sobre todo estás últimas plagadas de mentiras y de inexactitudes, escritas con el único fin de desorientar a los ya de por sí desorientados electores del 2024.
La gente piensa que todos los políticos son iguales, y así se reducen cada vez más las posibilidades de tener un gobierno a la altura de las circunstancias que vivimos. El interés de la sociedad por participar en las decisiones, debiera entusiasmar a todos y exigirles a los tres partidos políticos una mayor organización y respaldo a la señora Gálvez, pero por ahora es completamente nulo.
La gente prefiere excluirse y esa es la manera quedar atrapados en las decisiones que toman otros por ellos y pasan a ser víctimas de su propia indolencia, porque ni se enteran de lo que realmente sucede, y si lo hacen, solo es por encimita.
El problema es la eterna lucha entre lo real y lo irreal. La gente generalmente cree que lo primero que le dicen otros por medio de las redes, es lo que pasó y no les interesa nada realmente profundizar en la información.
Si el presidente dice que López Gatell fue el que salvó a México de una catástrofe con la pandemia del COVID 19, lo dan por un hecho y no ven más allá de su nariz, no se dan cuenta que gracias al doctor muerte, la cantidad de mexicanos fallecidos llega casi al millón. Muchos dan por un hecho que lo que se dice en Palacio Nacional todas las mañanas es lo real y de ahí, es difícil sacarlos. Estamos en un proceso de dos candidatas muy parecidas, donde las dos están en graves problemas y el resultado de esto, no presenta un buen augurio para nadie.