Ambos querían dejar la cama Con la angustia reflejada en sus rostros, voltean y se miran. Pero no alcanzan a percibir quien es, quien les llama. Con esfuerzo logran ponerse en pie. Caminan hacia la indescifrable imagen que los seduce. Escuchan: “Ustedes son pálidos despojos cuando me hago presente. Deben alegrarse porque dejan todo atrás…”. Los toma de la mano y los tres desaparecen.