Orlando Linares López
En la historia del planeta han ocurrido cinco extinciones masivas de la biodiversidad, todas ellas a causa de fenómenos naturales extremos; la última fue tan devastadora que acabó con más de la mitad de las especies que poblaban la tierra, entre ellas los dinosaurios.
A decir de los científicos, el mundo vive la Sexta Extinción que, a diferencia de las anteriores, es producida por la sobreexplotación de los recursos naturales, el cambio climático y, sobre todo, no hacer nada por la sostenibilidad (concepto que prioriza la protección del medioambiente para satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras además de buscar un equilibrio para el crecimiento económico y el desarrollo social).
Actualmente, a consecuencia de la afectación del ser humano a la biodiversidad, se estima que cerca del 40% de las especies animales del planeta corren peligro de desaparecer.
Los investigadores, refieren que en los últimos cien años la extinción de especies ha sido más alta en comparación a la que ocurriría si los humanos no estuviéramos presentes y que, si bien las extinciones son una parte normal y esperada del proceso evolutivo, las tasas actuales de disminución de las poblaciones de especies o extinción de las mismas, también ponen en riesgo las condiciones ecológicas que sustentan la vida humana.
Datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), señalan que aproximadamente cinco mil 200 especies de animales se encuentran en peligro de extinción; de ellas, el 11% son aves, 20% reptiles, 34% peces, 25% anfibios y, el resto, mamíferos.
En nuestro país, los animales con mayor peligro de extinción son: Ajolote, Jaguar, Lobo mexicano, Oso negro, Vaquita marina, Tortuga caguama, Guacamayo rojo, Ocelote, Manatí, Tapir, Quetzal, entre otros.
Entre las principales razones que ponen al borde de la extinción a diversas especies de animales se encuentra la destrucción y fragmentación de sus hábitats, el cambio climático, la caza y tráfico ilegal.
Frente a ello, diversas instituciones, organismos y personas han tratado de contrarrestar esta condición amenazante.
Hasta ahora, múltiples han sido las acciones y no muchos los resultados positivos, pues conseguir que una especie deje de estar en peligro de extinción no es una tarea fácil e implica poner en marcha grandes recursos y trabajos concretos.
Lo que no debemos olvidar es que todos somos responsables y que esta lucha es de todos los que vivimos en el planeta, por lo que cada decisión personal tiene una consecuencia a nivel global en múltiples aspectos, de ahí la importancia de la concienciación social en las personas para revertir la pérdida de biodiversidad.
Desde su entorno cada persona debe actuar para evitar la contaminación de los recursos naturales ya que son la fuente más importante del mundo animal.
También, podemos sumarnos a programas y planes para impulsar la reproducción en cautiverio; contribuir a la disminución de la tala de árboles; ayudar a la creación y mantenimiento de áreas protegidas, las cuales ayudan a asegurar los hábitats y las especies; restaurar ecosistemas; plantar árboles, solo por mencionar algunas.
Hay mucho por hacer para ayudar a contrarrestar la pérdida de las especies, sobre todo no perder de vista que México cuenta con un gran número de ellas consideradas endémicas por lo que es un buen momento para ayudar a cuidar el patrimonio natural del país.
Si no rectificamos el rumbo de nuestro desarrollo, continuaremos perdiendo la biodiversidad que sustenta la vida a un ritmo alarmante. Estas pérdidas, en el mejor de los casos, tardarán décadas en revertirse, lo que dará como resultado un planeta menos capaz de sustentar a las generaciones actuales y futuras.