mayo 21, 2024

El PRI mexiquense, Eruviel y la fuga de capitales políticos del tricolor

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Víctima de sí mismo, el PRI mexiquense pasa uno de los momentos más oscuros de su historia, no solo es el daño sufrido por la fuga de sus cuadros, también es la ausencia de respuesta visible y liderazgo para salir del atolladero

J. Israel Martínez Macedo / @Mega_IsraelMtz

Las fotos corrieron por distintos medios, el objetivo era claro: tratar de mostrar que el PRI mexiquense sobrevivió a la debacle, que el partido tiene fuerza y solidez, pero, sobre todo, que hay unidad en torno a su dirigencia nacional encabezada por Alejandro “Alito” Moreno. El efecto fue totalmente contrario. No hubo liderazgos consolidados que acudieran a la reunión. Alejandra del Moral estuvo porque no podía no estar, Emilio Chuayffet porque tiene mucho que no ha estado, Jorge Rescala y Alejandro Ozuna porque siempre han estado, pero nada más.

Para nadie es desconocido que en la entidad el priísmo anda de capa caída y, en los meses siguientes a la derrota del 4 de junio, varios cuadros han abandonado las filas tricolores en busca de mejores oportunidades, horizontes nuevos que les permitan seguir creciendo en un partido en el que ya no encontraban cabida… o ya no se las daban.

Poco a poco la mazorca se ha ido desgranando. “A las calladas” o haciendo el anuncio con bombo y platillo, muchos cuadros en todos los municipios se han ido sumando a otras expresiones políticas que les han ofrecido lo que el tricolor les estuvo negando consistentemente: oportunidades de crecer con base en el trabajo realizado y respeto, sobre todo esto último: respeto a su trayectoria y a las bases que los apoyan.

La reunión con cuadros mexiquenses fue tan intrascendente que hubo más líderes priístas en el segundo informe de labores de Tony Rodríguez, en Tlalnepantla, que en el evento con Alejandro Moreno; la situación ha sido tal que ni los medios oficiales del PRI en el Estado de México consignaron la reunión o informaron sobre ella; simplemente “aquí no pasó y no tuvo nada qué ver con nosotros”.

En las redes sociales del PRI nacional hubo un par de publicaciones y nada más pero por ningún lado se observa que estuviera presente el dirigente estatal del partido, Eric Sevilla Montes de Oca ¿no fue convocado o no acudió? Si fue lo primero: mal; si lo segundo, también.

La reunión ocurre en un contexto en el que suenan voces respecto a cambios en la dirigencia estatal; en teoría, esto debió ocurrir en noviembre y sería un error estratégico que algo así pudiera suceder en estos o próximos días; no obstante, hay quienes insisten en presionar para ello pero no será algo que ocurra en el corto plazo.

Pareciera que, ante la ausencia de un liderazgo sólido en la entidad, así como el constante y manifiesto interés de Alejandro Moreno de tomar el control de lo que ocurre en la entidad, el PRI pierde fuerza y arrastre estatal y se refugia en los grupos que mantienen relativa fortaleza a niveles regionales o municipales y nada más.

Aunque lo nieguen, el PRI estatal enfrenta una crisis que se agudiza, por si fuera poco, se suma otra de imagen negativa relacionada con los últimos hechos vinculados a alcaldes tricolores que se encuentran prófugos de la justicia y que se han vuelto casos muy sonados mediáticamente y que impactan directamente al segmento que hasta ahora, ha mantenido a flote al partido: las mujeres.

Para colmo, el mensaje enviado por el tricolor en un intento de apoyar a Raymundo “N” firmado a nombre de la coalición resultó ser totalmente un error que no pudo ser corregido responsabilizando al área de comunicación y culpándola de ser un envío anticipado; el otrora partido más poderoso de la entidad hoy ha perdido la brújula y se encuentra dando tumbos sin sentido.

Por si esto no fuera poco, los priístas tienen el enemigo en casa y se llama Eruviel Ávila Villegas. Si bien el exgobernador ya no forma parte oficial del partido desde su renuncia hecha pública el 3 de julio pasado acompañando a Miguel Ángel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu, no ha dejado de estar presente entre las filas tricolores tratando de romper las filas desde dentro. Su presencia en el informe de labores de Tlalnepantla es prueba de ello.

En la zona oriente de la entidad no es desconocido para nadie que si bien Eruviel (como le llaman por allá) se manifestó públicamente a favor de Alejandra del Moral y hasta la acompañó en un par de ocasiones, gente de su equipo, algunos muy cercanos, estuvieron operando en la campaña a favor de Delfina Gómez e incluso portando los característicos chalecos guindas que lo identificaban en las calles, por lo que para más de uno quedaba claro que, desde ese momento, su salida de tricolor era no solo inminente sino irremediable.

Sin haberse sumado formalmente al Partido Verde, su equipo cercano ya hizo el movimiento y se afilió a las filas verdeecologistas el 30 de octubre, una broma muy pesada de Halloween para los tricolores que solo pudieron observar como de un día para otro perdían una militancia importante encabezados por Indalecio Ríos y Erasto Martínez, dos brazos políticos del eruvielismo.

El segundo impacto se dio con la renuncia de Tanya Rellstab quien de inmediato presentó la “Red de Mujeres En Grande” que alude directamente al eslogan de gobierno de Eruviel Ávila Villegas como mandatario estatal y, días después, el anuncio de la salida de Carolina Guevara, exdiputado local por Coacalco e hija del exalcalde de ese municipio Héctor Guevara, para ponerse también el chaleco verde y sumarse a la fuga de capitales políticos del PRI.

En realidad, y con certeza aún no sabemos cuan fuerte ha sido el golpe para los priístas mexiquenses tras haber perdido por primera vez la gubernatura de la entidad, pero las estimaciones indican que del poco más de 1 millón 750 votos obtenido en 2023, para 2024, la caída podría llevarlos alrededor de entre 1 millón y 1 millón 200 mil votos; y quizás la cifra sea conservadora dado que no se ve respuesta de los tricolores estatales por ningún lado.

Sin estrategia de contención, peleados o al menos con desconfianza del PRI nacional, sin un liderazgo fuerte al que todas y todos los priístas estén dispuestos a seguir y obedecer para recuperar el terreno perdido y con un total desánimo de participar en los procesos electorales federales y estatales (tener fórmulas encabezadas por panistas tanto para la Presidencia de la República como para las senadurías no ayuda mucho) y con el enemigo en casa llevándose a manos llenas todo el capital político que le dejen, el priísmo mexiquense pasa sus horas más oscuras y no se ve para cuando todo esto termine.

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