miércoles 29 de noviembre de 2023
La asociación que alguna vez conformaran las tres cabezas más visibles del Grupo Texcoco hoy podría estar viviendo sus momentos más complejos y definitivos ante el escenario estatal que se vislumbra para 2024
J. Israel Martínez Macedo / @Mega_IsraelMtz
Érase una vez en un lugar no tan lejano como parecía en ese tiempo, un médico mexiquense de nombre Higinio Martínez Miranda iniciaba su andar en la política local de su terruño, Texcoco; corría el año de 1975, desde entonces decidió ser parte de la izquierda mexicana al militar en Partido Mexicano de los Trabajadores; eran los tiempos del priismo absoluto y del presidencialismo omnisciente en el que no había espacio ni cabida para nadie que no vistiera la camiseta tricolor.
Sus años mozos en la política le permitieron conocer los modos y las formas de un priismo al que siempre combatió y al que se le fue metiendo entre las fracturas y rendijas, con esto pudo construir alianzas e ir creciendo. Se sumó a las filas del Partido Mexicano Socialista y posteriormente al PRD, luego de la llamada “caída del sistema” cuando el entonces secretario de Gobernación y organizador de las elecciones de 1988, Manuel Barttlet (el mismo que, ahora para Morena, opera la CFE) ejecutó el fraude electoral más descarado y burdo de los últimos años robándole la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas quien por el Frente Democrático Nacional llevaba la delantera, retrasando 12 años la alternancia política en el país.
Ya en las filas del perredismo, Higinio asumió su primer puesto de relevancia política en 1990 como diputado local en el Estado de México y desde ahí comenzó la construcción de un bloque tan sólido que sería capaz, treinta y tres años después, de arrebatarle la gubernatura al entonces intocable Grupo Atlacomulco. Desde ahí acompañó a Héctor Terrazas en una extraña alianza PRI-PRD para la presidencia municipal de su tierra en 1994.
Junto con Jorge de la Vega Membrillo lograron el primer gobierno local de Texcoco no priísta, aunqie Amado Acosta García retomó brevemente el poder para el PRI por un trienio. Higinio dio muestras de habilidad política, se posicionó como el hombre fuerte de la izquierda mexiquense y se posesionó del PRD en esa época para impulsarse como candidato de este partido y el PT a la gubernatura contra Arturo Montiel y José Luis Durán Reveles, del PAN, en 1999; sobra decir que no lo consiguió.
Por los días de “la caída del sistema” un joven texcocano de 16 años hacía sus pininos en la política, Horacio Duarte Olivares, a la edad de 16 años, participó en la formación del Partido Mexicano Socialista y posteriormente se sumaría a las filas del PRD como fundador en su natal Texcoco bajo el liderazgo de Higinio.
Abogado de profesión Horacio fungió como regidor de 1991 a 1993 durante la presidencia del priísta Isidro Burges; con Héctor Terrazas llegó a la Secretaría del Ayuntamiento del 94 al 96 y posteriormente fue diputado local de 1997 a 2000; en esta época fue representante del PRD ante los órganos electorales, justamente en la defensa de la candidatura de Higinio a la gubernatura; ahí tuvo contacto con perredistas como Ricardo Monreal a quien el Consejo Nacional envío para acompañar a Duarte en la impugnación de la elección.
Su papel como representante electoral rindió frutos y en 2000 Higinio lo impulsó para ser presidente municipal de su natal Texcoco, puesto que después dejaría para que el propio Higinio ocupara la silla por primera ocasión en 2003 y él saltara a la política nacional como diputado federal plurinominal hasta 2006 cediendo el relevo legislativo, de nueva cuenta a Higinio.
Horacio siguió su camino en la política nacional y participó en la defensa del entonces Jefe de Gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador durante el capítulo histórico conocido como “el desafuero”; el propio AMLO reconoció en Horacio un papel preponderante para la defensa legal, lo que le granjeó al texcocano la imagen de conocedor en temas legales en materia político-electoral.
Horacio se alejó del nido y siguió su rumbo fungiendo como representante del PRD en varias elecciones como en Nayarit, se convirtió en integrante de la Comisión Política Nacional del PRD, lo que le valió para ser secretario técnico de la Mesa Directiva del Senado de la República en 2009 y acompañar a la distancia a Andrés Manuel en los procesos electorales de 2006 y 2012, bajo la bandera del PRD, y 2018 ya como miembro de Morena.
En el terruño las cosas caminaban como tenían que hacerlo hasta que los hermanos Jorge y Constanzo de la Vega Membrillo impusieron al segundo como candidato a la presidencia municipal para una segunda ocasión, Higinio movió sus piezas y a través del PT y Movimiento Ciudadano propone a la entonces desconocida Delfina Gómez brindándole todo el apoyo de su fuerza política y derrotando en las urnas a los perredistas pero también a un priísta que hasta entonces se había alzado como cacique texcocano para el tricolor: Manuel Cadena Morales.
Delfina ocupó el cargo de presidenta municipal de 2013 a 2015, periodo en el que sucedieron algunas situaciones como los llamados diezmos, cobros de 10% del sueldo de los trabajadores del Ayuntamiento que fueron usados para el financiamiento de Morena como movimiento y después como partido; acción que le ganó el favor de López Obrador. También se recuerda de esa época su “autoliquidación” como alcaldesa al otorgarse una “gratificación extraordinaria” y un “finiquito laboral” a lo que ella aseguró que se trataba de un movimiento hecho conforme a la ley y que fue reportado en su declaración patrimonial.
Tras su periodo como alcaldesa, y ya como miembro de Morena, le entregó la presidencia municipal a Higinio para un segundo periodo en 2016, mientras ella ocupó la diputación federal por el distrito 38 que tenía entonces Jorge de la Vega; en 2017 hizo una pausa en su periodo como legisladora para buscar la gubernatura mexiquense por primera ocasión contra Alfredo del Mazo pero no o consiguió; era la segunda vez que un miembro del grupo buscaba la gubernatura y se quedaba en el camino.
Al término de su periodo como diputada, es postulada a la senaduría en primera fórmula ocupando el cargo en distintos momentos según la indicara el Presidente, primero para ser “superdelegada” en el Edoméx, después secretaria de Educación Pública y después regresando brevemente al Senado antes de volver a ser postulada como candidata a la gubernatura en 2023 ganándole la nominación tanto a Horacio, con quien amarró alianza como a Higinio, quien se distanció molesto aunque terminó aceptando la postulación y acompañando a la distancia.
Tras el triunfo electoral del 4 de junio, se especulaba sobre una alianza tripartita entre los integrantes del ahora llamado Grupo Texcoco, en la que habría una repartición de plazas dejando para Higinio y Horacio las dos secretarías más poderosas del gobierno estatal: la General de Gobierno y la de Finanzas.
Pero al Grupo se le atravesaría de nueva cuenta la figura presidencial, había que dejar en claro que no era Higinio sino López Obrador quien ganó el estado por lo que el patriarca de Texcoco fue relegado a un puesto de segundo nivel al lado de la gobernadora mientras que la Secretaría de Finanzas sería una posición para Andy López, el vástago presidencial se interpondría para “sugerir” nombramientos en el gabinete, espacios que se esperaba fueran de Highinio.
Sin oposición, al menos momentáneamente, Delfina y Horacio asumieron sus roles ante la figura presidencial; Higinio, el patriarca de Texcoco, con la experiencia y conocimiento que brindan los años, entendió que no es tiempo de conflictos, lleva todas las de perder ante un Presidente que había entregado el bastón de mando pero que se arrepintió de último minuto para volverse a meter de lleno en la vida política interna de su partido; por lo que la decisión de replegarse y buscar refugio en el Senado fue la única salida pero sí la más inteligente.
Lo que sí parece mantener Higinio es el control del Grupo y, a través de él, el del partido en la entidad; lo demostró en la elección interna de Morena donde Martha Guerrero y Nazario Gutiérrez tienen bajo su cargo la presidencia y la secretaría estatal; ambos han sido alfiles para los movimientos políticos del Grupo, Martha como suplente de Delfina en el Senado, Nazario cubriendo los espacios vacíos en Texcoco cuando se ha requerido.
El regreso de Higinio al Senado es un movimiento estratégico que no debe ser menospreciado; Delfina y Horacio fueron hechura suya pero caminaron por su cuenta bajo el cobijo presidencial, son semillas que terminaron cayendo lejos del árbol y se convirtieron en una escisión al grupo. Buscaron, legítimamente, su propio camino pero tal vez el tiempo no sea suficiente para consolidarlo; Higinio se ve más cercano a Claudia mientras que a Andy muy probablemente le queda de influencia lo que le resta a Andrés Manuel de Presidente.
Higinio sabe que, como en la vida, en la política el futuro no está escrito y que en cualquier momento se puede presentar un cambio de destino. Horacio rechazó ayudar a Claudia en la parte legal de la campaña para quedarse en la General del Gobierno estatal esperando que en seis años todo siga el mismo rumbo y pueda ascender a la gubernatura mientras que Delfina debe resolver primero el crucigrama llamado Estado de México pues de eso depende lo que más adelante pueda hacer.
Por lo pronto, en los pasillos de Lerdo 300 se habla de que ya hubo un primer encontronazo entre la gobernadora y su secretario general de Gobierno por las direcciones generales y de área en el que la mandataria habría impuesto sus reales. Luchas internas o relevos generacionales, lo cierto es que el Grupo Texcoco sigue bajo el control de su fundador y la escisión de Horacio y Delfina depende de lo que ocurra en 2024 y la influencia que logre mantener López Obrador tras su partida de la Presidencia.
Sin AMLO en el poder, Delfina y Horacio quedarán a la deriva y dependerán de los acuerdos que puedan hacer con quien ocupe la silla presidencial a partir del año que viene. En este momento Higinio tiene una posición más sólida pero aparentemente menos poderosa, si logra mantener el control de las candidaturas estatales a través de Morena y además posicionarse como candidato para la reelección en el Senado, será un claro mensaje al interior del grupo, pero también para los simbolismos de la política estatal.
El senador podría jugar, para la reelección, su última carta con el presidente, quien dicen le perdió la fe cuando intentó salvar el fallido aeropuerto que se construiría en su tierra, Texcoco, y que lo encumbraría no solo en el poder político sino también en el económico. Jugando con las posibilidades ¿cómo sería una elección para Morena en la entidad con los Mexiquenses de Corazón replegados o, mejor dicho, enfocados solo en dar buenos resultados para el proceso presidencial.
Quizás por eso hay tanta prisa para que las candidaturas sean ocupadas por figuras impulsadas desde la Secretaría General de Gobierno; esa sería la gran oportunidad para que el relevo se concrete y el Grupo Texcoco cambie de líder, también representaría el primer movimiento rumbo a 2029 para Horacio pero igual podría ser un tema complejo para la mandataria quien siendo el miembro más reciente del grupo tendría que recurrir a su peso como gobernadora para poner orden y hacerse del mando que le permita llevar un gobierno propio sin necesidad de negociaciones o contrapesos.
Sin duda alguna, hay más que solo candidaturas a presidencias municipales y diputaciones locales en juego al interior de Morena para 2024. Los tíos ya se reparten los terrenos pero el abuelo, parece, aún sigue vivo.