mayo 04, 2024

Elección de 2024 en Edoméx arranca informalmente de manera anticipada

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Al interior de todos los partidos se preparan los posibles contendientes para hacer frente a la elección de 2024 que se vislumbra extremadamente compleja de principio a fin

J. Israel Martínez Macedo / @Mega_IsraelMtz

Nombres van y nombres vienen, en todos los municipios del Estado de México las negociaciones, los acuerdos y las manifestaciones de intención para ocupar las distintas candidaturas que definirán a los competidores por los cargos que estarán en juego en la elección de 2024 están a todo lo que dan y en cada grupo, partido y alianza el jaloneo por las posiciones se vuelve cada vez más intenso en un proceso electoral adelantado totalmente contrario a lo que se buscaba en el espíritu de la legislación en la materia.

Entre los grupos morenistas la pugna por las candidaturas está a todo lo que da; algunos de los aspirantes aseguran que “ya hablaron con quien tienen que hablar” y cuentan con todos los apoyos para conseguir la nominación de su partido; sin embargo, la determinación de las candidaturas para las gubernaturas que estarán en juego en la elección de próximo año, hizo que más de uno frenara la velocidad y reajustara su estrategia (porque no es lo mismo jugar sabiendo que se es el ganador a jugar en la incertidumbre).

En cada municipio hay cualquier cantidad de aspirantes a la candidatura de Morena; las voces que en las elecciones de 2021 se mantuvieron a la expectativa de saber si se sumaban o no a las campañas en función del resultado aparente, hoy buscan promocionarse como morenistas de toda la vida que han trabajado a pie de calle merecedores de la nominación pero, ante esta situación, el problema que tendrá que enfrentar el partido, más adelante, es el tener que asegurarse de que aquellos que no la obtengan se mantengan en el barco.

El gran interés que está generando en Morena la posibilidad de alcanzar la candidatura de este partido puede también desencadenar una ola de desencanto o decepción para el mes de febrero cuando el partido determine quiénes serán los abanderados en los 125 municipios y para las 45 diputaciones de mayoría relativa en disputa y quiénes se quedarán con las ganas para futuras ocasiones.

Un mal manejo de esta situación pondría a Morena en desventaja porque si bien han recobrado fuerza después de la victoria en la campaña por la gubernatura que ha generado una renovada percepción sobre los alcances reales del partido; también es cierto que esa fuerza es desigual en cada municipio, lo que le abre la puerta a algunos actores políticos de la oposición para ocupar o mantener las plazas.

A esta situación debe sumarse la consideración de la alianza con el PT y el Partido Verde. El primero es básicamente un cero a (de) la izquierda; no suma ni resta sino todo lo contrario, se ha convertido en un partido que igual podría no existir y aún así no cambiaría nada en el escenario político-electoral de la entidad; se ha vuelto inocuo, su militancia se limita a estar en las negociaciones por los espacios con Morena y nada más, vive de los desperdicios que los morenistas le arrojan y su única razón de ser es seguir estando ahí: cobrando prerrogativas obtenidas a partir de la repartición de votos que no le corresponden.

El caso con el Partido Verde ha cambiado a partir de la incorporación de los eruvielistas a las filas ecologistas; el grupo se fortaleció durante los tiempos de la gubernatura de su líder y creció más allá de las fronteras ecatepequenses donde tiene sentados sus reales y en donde ha logrado mantener su fuerza pese a que hace ya seis años que no gobiernan el municipio; no obstante, cuentan con un crecimiento hasta otras comunidades de la entidad a través de la suma de políticos locales a sus filas.

Los verdes estarán en la disyuntiva de la pugna interna entre los recién llegados y los que ya estaban por ocupar los sitios que Morena quiera ceder a cambio/como parte de la negociación de la alianza; su estructura se ha fortalecido pero el costo al interior podría ser el terminar cediendo (sin oportunidad a más) el control del partido a este grupo, con el consecuente reacomodo interno, lo que podría implicar la pérdida de apoyos de su base tradicional y no sería extraño que en una rabieta algunos de ellos salgan y hasta busquen regresar a sus partidos de origen.

Del otro lado de la moneda, priístas, perredistas y panistas locales lidian contra sus propios demonios. Los tricolores parecen no haber superado aún la derrota, continúan con la vista puesta en el pasado como una especie de negación de su presente; en cuanto a su dirigencia, todo apunta a que Eric Sevilla se mantendrá en la presidencia, al menos, por lo que dura el proceso electoral pero la ausencia de la figura de liderazgo que representaba el gobernador en turno, ocasiona que haya descontrol e incertidumbre respecto a lo que se viene.

En las presidencias municipales, los alcaldes y alcaldesas priístas esperan de ser ratificados para contender por un segundo periodo con excepción de seis de ellos: Jorge Alfredo Osornio Victoria de Aculco, Laura Amalia González de Chapultepec, Diego Vargas Colín de Hueypoxtla, Astrid Anita Dávila Ordóñez de Isidro Fabela, Lizeth Marlene Sandoval Colindres de San Antonio la Isla y Xóchitl Maribel Ramírez de Texcalyacac, que ya cumplieron su segundo periodo.

En la casa tricolor se mantiene aquella idea de que “aún no son los tiempos” por lo que la falta de decisión sobre quiénes sí y quiénes no recibirán el respaldo de su partido para reelegirse mantiene en vilo la participación de los alcaldes que, en vía de mientras, alistan su primer mitin electorales la figura de los ya próximos informes de gobierno, en los que tendrán la oportunidad de mostrar que tienen la fuerza suficiente en sus respectivas localidades para repetir en el cargo.

En el PAN las cosas no están tan fáciles; la conformación existen dos grandes grupos que no están del todo unidos y que, por decirlo de alguna manera, se toleran: por un lado los seguidores de Enrique Vargas y, por el otro, lo del presidente del partido en la entidad, Anuar Azar, quienes tendrán que ver cómo acomodan sus piezas dentro de la alianza para que nadie se quede fuera.

Los panistas confían que en que en toda la entidad podrían alcanzar una base de votantes del orden de un millón de sufragios, al menos eso le han ofrecido en la entidad a la futura candidata aliancista para la Presidencia de la República; es la misma cantidad que ofrecieron para la contienda a la gubernatura, en la que se quedaron muy cortos con poquito más de 700 mil votos por lo que se ve muy complicado que en menos de un año alcancen un crecimiento de 300 mil votos.

No obstante, los panistas se han disciplinado y se mantienen expectantes de que se logren los acuerdos al interior ya que solo tiene un alcalde que repitió en el cargo y que por lo mismo no podrá buscar la reelección consecutiva, se trata de Oscar Hernández Meza de Calimaya, quien podría apostar por la diputación local, dejando el espacio libre para que otro panista busque su lugar.

En el perredismo las cosas no se ven sencillas; su dirigencia nacional va dando tumbos en lo que a la alianza se refiere; si bien ellos en su conjunto ya habían determinado que no irían con PAN y PRI en el Edoméx, la determinación no ha pasado aún el filtro del Comité nacional por lo que aún podríamos verlos en las boletas junto con los otros tres partidos.

Los perredistas tienen cinco presidentes municipales que ya cumplieron su segundo periodo: Arturo Piña Garcia en Villa de Allende, Javier Lujano Huerta de Texcaltitlán, Sara Mora de Jesús en San Simón de Guerrero, René Velázquez Soriano de Ayapango y María del Rosario Matías Esquivel de Santo Tomás, por lo que se esperaría que, al menos en estos cinco espacios, en caso decir en alianza priistas y panistas le respetaron a los del sol azteca la nominación de los candidatos en estos municipios.

Los perredistas no están muy de acuerdo en el trato que han recibido de sus aliados y consideran la posibilidad de ir en solitario pese a los tumbos que ha dado su dirigencia nacional en la que un día van en la alianza, al siguiente rompen lanzas y emiten comunicados oficiales para después firmar pactos de unidad, una situación que ha generado descontento en las filas del sol azteca; lo cierto es que en la elección pasada estuvieron a nada de perder el registro y no quieren volver a pasar por esa misma situación ante lo que consideran que este proceso se vuelve clave para ese objetivo.

En Movimiento Ciudadano no hay más: la determinación del su líder estatal Juan Zepeda será la acción a seguir, pero eso también dependerá de la línea e instrucción que dicte Dante Delgado para lo que se requiera en el Edoméx, si mantienen la misma línea que en otras entidades. es muy probable que aquí se abran espacios para los políticos jóvenes que estén dispuestos a jugar el juego de MC.

El partido podría ser la sorpresa de 2024 en la entidad si logra su objetivo de crecimiento. En 2023 decidieron no participar de la elección a gobernador y se mantuvieron al margen, razón por la cual fueron muy cuestionados; su peso real en la entidad, por tanto, es desconocido así que solo resta confiar en que sus estimaciones sean correctas para intuir que se pueden colocar en una buena posición.

Aunque oficialmente en la entidad todo iniciará hasta enero de 2024, este cierre de año será determinante para quienes aspiran a una candidatura por lo que los involucrados ya alistan equipos y preparan estrategias mientras que los partidos hacen sumas y restas para tomar sus decisiones; aquella intención de reducir los tiempos de campaña para evitar el desgaste del electorado se ha quedado, en la práctica, solo como un listado de buenas intenciones y nada más.

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