Luis Sunderland Méndez
@LouSunderland
Una enorme insatisfacción para todos los que pretendían defender que la 4t gobernara oficialmente dejó el resultado de las elecciones para la gubernatura mexiquense. Esto, porque desde la llegada del actual gobierno federal, Del Mazo abrió las puertas de par en par a López Obrador sometiéndose a su voluntad.
Se ve la diferencia de lo que significa cerrar filas con la o el candidato por parte de la maquinaria del estado, cuando observamos los resultados entre las dos elecciones del pasado 4 de junio.
En Coahuila, Manolo Jiménez alcanzó un holgado triunfo sobre sus adversarios e incluso con carro completo -estaban en juego las diputaciones estatales-.Claro está que se ve la mano de Alito Moreno y su pacto con Adán Augusto López en que se debilitara a MORENA, permitiendo que el PT y el Verde presentaran candidatos por separado, eso lo hubiéramos querido ver en Edomex y no que en la tierra del chorizo, como dice la canción, (todo se derrumbó), ya lo había advertido en este mismo espacio, Del Mazo prohibió acercarse o contestar el teléfono al equipo de Alejandra del Moral. Sus instrucciones fueron bloquearla. Cero apoyo, cero dineros, cero presencia de los funcionarios públicos. Las manos de Adán, Alfredo y Alejandro, se ven en todas partes.
Se repitió la historia del abstencionismo con mucha fuerza con 53 % de los que tenían no solo el derecho de ejercer su voto, sino la obligación. Simplemente no les interesó.
Esto no es lo peor, lo que pone nervioso a los analistas, es que los jóvenes ni voltearon a ver a las elecciones, ya no digamos a las candidatas. Las dos pasaron desapercibidas por el bloque más importante de la sociedad mexicana. Es tal el hartazgo que tienen sobre el tema: gobierno, que no les importa nada quien gobierne, que decisiones tome y las consecuencias que emanan de ellas. Hasta podría decirse, que muchos de ellos ven su futuro, como si estuviera muy lejos de que les llegue.
Lamentable error el de quienes están en edad de votar. Los no tan chicos de 25 y los jóvenes treintañeros que no perciben la velocidad de la vida y no se percatan que todos los días hay que construir su propia estructura. No se dan cuenta que las decisiones gubernamentales pueden tirar sus anhelos y truncar su futuro frente a sus narices y cuando el destino los alcance, será demasiado tarde.
Es necesario que los que aspiran a ser candidatos a la presidencia por parte de la alianza Va Por México, se pongan las pilas y vean la manera de impactar a ese importante grupo social, y se tiene que hacer ya, porque el tiempo se va y los jóvenes no están en antecedentes de lo que significa “un gobierno de coalición”, ni han escuchado algo que les suene como música para los oídos y si no se apuran a tender puentes de comunicación entre los aspirantes y la sociedad en general, nos estrellaremos irremediablemente en el 2024, contra el abstencionismo, permitiendo que el plan oficialista gane.
Ahora que ya comprobamos que los partidos políticos de la coalición opositora solo nos servirán para que abanderen al candidato elegido y nos represente en los comicios del próximo año contra la corcholata ganadora, la sociedad civil debe de tener los pies de plomo y no permitir que lo que queda de esos tres partidos se apoderen de la designación del candidato opositor.
¿Hasta cuándo dejaremos de confiar en Alito Moreno y Marco Cortés? ¿realmente no ven la clase de carroña política que son esos dos dirigentes partidistas?
Uno aliado a Morena en busca de salvar su pellejo y el otro, quien sabe que pretensiones obscuras tiene, tal vez, imponer a Creel como candidato. Con solo ver su propuesta para que los aspirantes ciudadanos presenten un millón de firmas que los apoyen, cuando el mismo PAN no tiene más de 400 mil agremiados en su haber, eso es suficiente para ver la manera facciosa con la que actúa.
Dura lección recibimos los ciudadanos que pensamos que, con una joven mujer, con buena presentación, con buena dicción y con propuestas interesantes, podríamos ponerle un dique a López Obrador en sus pretensiones de apoderarse del principal padrón electoral de la República.
Si no aprendemos de esto, habrá que estar preparados para soportar a Morena unos dos sexenios más.
