Por el cambio climático
Asistimos preocupados e incluso horrorizados por la devastación del huracán Ian. Los habitantes de Cuba y de Florida, Estados Unidos, sufrieron afectaciones de incalculable valor, sobre todo quienes perdieron a alguien. El tema económico, de acuerdo a información de CNN, que cita a la empresa CoreLogic, que calcula las pérdidas por catástrofes naturales, el meteoro puede haber causado pérdidas aseguradas hasta por 47 mil millones de dólares.
Ian se intensificó más rápido que cualquier otro huracán en el Atlántico en esta temporada: la madrugada del lunes se fortaleció de tormenta tropical a huracán, y para la madrugada del martes se convirtió en una gran tormenta. Ian es el duro recordatorio de que las tormentas que se fortalecen rápidamente dejan muy poco tiempo a las comunidades costeras para prepararse para el impacto.
Pero lo alarmante, como señala Scientific American, es que éste es un recordatorio de las formas en que el cambio climático está transformando los ciclones tropicales. Los expertos hablan de que a medida que el planeta continúa calentándose, los huracanes con más frecuencia se intensificarán rápidamente por lo que tormentas como Ian pueden volverse más comunes en las próximas décadas.
Las aguas inusualmente cálidas fueron el caldo de cultivo para la transformación tan veloz de Ian. Lo básico para que sucedan tormentas fuertes son las temperaturas cálidas del océano más las condiciones favorables del viento y, según la NOAA (Centro Nacional de Huracanes y Centro de Huracanes del Pacífico Central del gobierno estadounidense), las temperaturas en algunas partes del Caribe rondaban los 90 grados Fahrenheit, poco más de 32 grados Celsius, mientras se formaba el huracán.
Un estudio en la revista Geophysical Research Letters de 2018, divulgó que los huracanes en ciertas partes del Atlántico se están intensificando mucho más rápido que antes. Sugirió asimismo que el probable culpable es el calentamiento de las aguas del océano, aunque matizó que el calentamiento podría deberse a una combinación del cambio climático, las fluctuaciones climáticas naturales y otros factores.
Otro artículo de 2019 dio a conocer un estudio que usó modelos climáticos para investigar las posibles causas y descubrió que el cambio climático causado por el hombre probablemente haya desempeñado un papel relevante para que los huracanes del Atlántico se estén intensificando a un ritmo más rápido.
A medida que el planeta se calienta, los huracanes se mueven más lentamente, lo que les permite arrojar más lluvia en un solo lugar. Jim Kossin, experto en huracanes, en un artículo de 2018 dio a conocer que encontró un patrón de desaceleración significativo en los ciclones que afectan las masas terrestres en Australia, el Pacífico Norte occidental y el Atlántico Norte.
Cabe señalar que Ian no es el primer ciclón de este año que se intensifica rápidamente. El tifón Noru se convirtió rápidamente en un “súper tifón” antes de azotar Filipinas el domingo pasado, dando a las comunidades afectadas poco tiempo para prepararse. De acuerdo con la agencia EFE, al menos once personas fallecieron y seis más continúan desaparecidas en el norte de Filipinas tras el paso de Noru.
Para saber más:
A global slowdown of tropical-cyclone translation speed
Twitter: @sciam @scientificamer @nature
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