mayo 18, 2024

IRENE VALLEJO EN LA UNAM: RESCATEMOS LAS PALABRAS DE LAS MUJERES DE LA SOMBRA Y EL SILENCIO

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La sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario de la UNAM, fue el espacio en el que la escritora española Irene Vallejo, autora de El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo, tuvo un conversatorio con universitarias y universitarios, a quienes llamó a ser arqueólogos de las palabras de las mujeres, y rescatarlas de la sombra y el silencio.

Allí expuso que en su obra -traducida a más de 30 idiomas- recupera personajes como Enheduanna, poeta y sacerdotisa quien fue la primera en dejar su nombre escrito en un texto, muchos siglos antes de que lo hiciera un hombre, pero ha sido casi ignorada porque la historia, cuidadosamente seleccionada, había dejado a las mujeres expulsadas de los libros, al igual que los esclavos y los excluidos.

El infinito en un junco es el relato de cómo nos hemos apropiado de los libros, de la literatura, del pensamiento, de las genealogías, de cómo podemos ser arqueólogas de las palabras de las mujeres y rescatarles su presencia, sacarlas de la sombra, porque hay mucho que rescatar de la sombra, del silencio”, aseguró.

La obra, prosiguió, es un homenaje a su madre, así como a las mujeres que no aprendieron a leer y escribir, que cultivaron la oralidad en la que conservaban recuerdos y tejían historias, pues al inventarse la escritura, esta se convirtió en una herramienta de poder, en la mano de los privilegiados.

Acompañada por la coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán; la directora General de Publicaciones y Fomento Editorial, Socorro Venegas Pérez; y por la titular de la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información, Elsa Margarita Ramírez Leyva, la escritora añadió:

Las mujeres han carecido de una tradición, de una genealogía en la literatura y las escritoras se han sentido en la soledad, pues las obras de las mujeres se disipan porque no hay eruditas que las recuerden, sino que se les deja desaparecer.

La también filóloga compartió con el público que empezó a escribir el texto como un impulso de rebeldía ante los relatos apocalípticos respecto a la desaparición de los libros y de los propios lectores, quienes parecieran ser los últimos ejemplares de una especie en extinción: solitarios, extravagantes, educados, pero poco ruidosos socialmente. “No sabemos cuántos somos. He pensado en la hipótesis de un Día del Orgullo Lector”, expresó causando hilaridad en el público.

Sin embargo, Vallejo subrayó que el libro -como objeto- se caracteriza por la supervivencia, gracias al amor de personas quienes los han conservado en su biblioteca, que los han compartido con amigos porque sienten que forman parte de su vida. También, gracias a los bibliotecarios, a los promotores de lectura. “Lo más bello que ha pasado es descubrir que no era una rebelión y resistencia solitaria y aislada”.

El infinito en un junco ha sido detonante para que esa comunidad más numerosa se manifieste: “son personas silenciosas que velan por las palabras en los colegios, las universidades, las bibliotecas, son promotores de la lectura que se niegan a que desaparezcan los libros, los relatos y las palabras”, expresó.

Finalmente, la escritora manifestó su agradecimiento con México, porque acogió a los exiliados de la República Española, porque esta nación ha sido una casa hospitalaria.

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