diciembre 04, 2024

HISTORIAS EN EL METRO SIN SONIDOS DE LA RADIO

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Por Ricardo Burgos Orozco 

Una noche, de regreso del trabajo, pase por las puertas de la estación Parque de los Venados de la Línea 12, cerrada desde el 3 de mayo del año pasado por el desplome del tren entre Olivos y Tezonco en donde perdieron la vida 26 personas y otras 80 resultaron heridas.

Ahí, por uno de los accesos, entrabas al Museo de la Radio, un lugar que guarda verdaderas joyas de la historia de la radiodifusión en México. Hace algunos meses lo visité y me quedé maravillado con tantos objetos y recuerdos.

No hay acceso por el momento para nadie. Ahí sólo están los trabajadores de limpieza y los vigilantes que se dedican a hacer rondines por la estación. Me quedé pensando si habrá alguien que le dé mantenimiento a tantos artículos que se exhiben en el museo y a la cabina que durante mucho tiempo sirvió para que se produjeran programas de radio desde ese lugar.

Le pregunté a una chica de intendencia si había alguien que estuviera cuidando de los objetos del museo. Me dijo que ella no ha visto a nadie más que a sus compañeros y a los policías que resguardan la estación. Ni siquiera ha ido técnicos o ingenieros que supuestamente están revisando las rutas para reanudar el servicio de la Línea 12 este año, como lo han prometido las autoridades.

Todavía recuerdo que cuando visité el Museo de la Radio me emocioné viendo un xilófono que se usaba para los cortes de estación en la XEW en los años cuarenta, una cartuchera, una consola de transmisiones, modelos de aparatos de radio sensacionales, uno maravilloso de 1943 hecho de baquelita y un fonógrafo de 1921.

También hay una grabadora UHER, que usaron varios compañeros reporteros en los años setenta. Eran enormes, pero tenían un sonido muy nítido, muy útil para las entrevistas. De los que traían esos aparatotes era Víctor Manuel Suberza, que estaba en Radio Red; Adrián Ojeda padre, ya fallecido, y Norberto Gasque, quien estaba en la XEX que transmitía noticias todo el día con Roberto Armendáriz como director.

Cuando yo estaba en Grupo ACIR Radio, el jefe Teodoro Rentería Arroyave propuso comprar grabadoras UHER y le contesté inocentemente ¡No me van a dejar entrar al Metro o a la pesera con ese armatoste! Todos se rieron, pero a final de cuentas se quedó en proyecto, por fortuna.

No había visto otra UHER hasta muchos años después cuando visité el Museo de la Radio hace varios meses. El lugar ahora está cerrado y ni para cuando lo vuelvan a abrir; todo depende de la rehabilitación y reapertura de la Línea 12, que no tiene para cuando.

Mientras no abran nuevamente la Línea 12, el Museo de la Radio permanecerá en silencio y sin ser visitado. Son cerca de diez mil piezas que integran el sitio. Espero que esa riqueza cultural y radiofónica esté bien resguardada.

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