
- Innovación, desconfianza y un futuro prometedor (o no).
Por Julio de Jesús Ramos García

En los últimos años, la presencia de autos de origen chino en México ha pasado de ser una curiosidad a convertirse en actores relevantes del mercado automotriz. Marcas como MG, BYD, Chirey, Geely, JAC y otras han ganado terreno, ofreciendo precios competitivos, diseños modernos y, en muchos casos, tecnología contemporánea. Pero ¿en verdad cambian la narrativa sobre calidad y confiabilidad? Y, más importante: ¿están transformando nuestra percepción o siguen siendo vistas como opciones riesgosas?
Los autos chinos destacan por combinar equipamiento avanzado (conectividad, ayudas al conductor, movilidad eléctrica) con precios accesibles. En especial, los modelos eléctricos de marcas como BYD resaltan en rendimiento y autonomía, con cifras como más de 530 km en el Tang o alrededor de 600 km en el Han EV. Estas características los posicionan como alternativas atractivas frente a marcas tradicionales.
Como ustedes saben apreciables lectores, en años recientes, el mexicano promedio mostraba desconfianza hacia los autos chinos, apuntando a fallas mecánicas y deficiencias en postventa Al respecto, esa percepción ha mejorado considerablemente: de acuerdo con GiPA México, en 2025 más del 50 % de los conductores consideran que estas marcas son confiables, frente al 40 % en 2024. El segmento también muestra señales de lealtad: un notable 14 % de quienes ya manejan un auto chino estarían dispuestos a repetir, mientras que 54 % contemplan continuar con una marca asiática.
La mejora no es solo perceptual. Marcas como JAC, BYD, Jetour y Omoda han reforzado sus redes de servicio, con mejores sistemas de postventa y mayor disponibilidad de refacciones.
Las opiniones que buscamos para ustedes reflejan esta ambivalencia:
- Sobre Chirey, muchos opinan negativamente:
“Son de los menos fiables en el país.”
“No te metas con chinos, va a ser un dolor de muelas.”
- En cuanto a postventa, hay varias quejas comunes:
“Dejan el coche meses en el taller… mal servicio posventa” (JAC)
“El canal […] ha sacado muchos casos de problemas de los MG.”
- Sin embargo, hay usuarios que defienden a BYD:
“BYD es la marca china más confiable y respetable de todas… la batería… es de lo mejor…” Y otros anticipan que “los eléctricos como BYD sí son tan buenos o mejor que Tesla.”
- Sobre Omoda C5:
“Tiene muchísimos reportes de fallas y la posventa es muy mala.”
Marcas como BYD han mostrado fortaleza: en 2024 vendieron 40,000 unidades en México, lanzaron modelos como el Sealion, y están ampliando su red, incluso con financiamiento accesible en Nuevo León. No obstante, sus planes de construir una planta nacional están en pausa debido a tensiones con EE.UU., riesgos de filtración tecnológica y la falta de una alianza formal.
Por otro lado, Zeekr (parte de Geely) apuesta al segmento de lujo, pero enfrenta el fin de exenciones arancelarias y elevados costos de importación.
La tecnología sí está ahí, especialmente en vehículos eléctricos donde marcas como BYD ofrecen autonomías, prestaciones y precios competitivos. La percepción de calidad ha mejorado, respaldada por datos que reflejan crecimiento en confianza y fidelidad entre consumidores mexicanos, pero los desafíos persisten: servicios de postventa irregulares, faltantes de refacciones, registros de fallas y cobertura limitada siguen siendo moneda corriente para varias marcas. La reputación positiva no viene sola: requiere consolidarse con consistencia y respaldo real.
Esto nos lleva a una reflexión final: en un mercado donde los precios tradicionales son cada vez más altos, los autos chinos representan una oportunidad no exenta de riesgos. Son una propuesta tecnológica atractiva, pero aún en construcción. Al comprador informado le conviene evaluar el historial de la marca, saber si hay respaldo real (talleres, garantías, disponibilidad), y estar dispuesto a apostar, con cautela, por una industria que avanza… pero aún no ha pasado su prueba de fuego.