julio 03, 2025

Guadalupe Guerrero, la Cara de la Negligencia

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En medio de crecientes denuncias ciudadanas, la gestión de la doctora Guadalupe Guerrero al frente del IMSS Bienestar en el Edomex, ha quedado severamente cuestionada por presuntas negligencias médicas y omisiones administrativas que habrían puesto en riesgo la salud y la vida de cientos de pacientes. A estos señalamientos se suman responsabilidades compartidas por otros funcionarios que, lejos de corregir las fallas, habrían contribuido al deterioro de los servicios de salud en la región.
La crisis en el sector salud del Estado de México ha alcanzado niveles alarmantes. Familias y pacientes con insuficiencia renal crónica salieron a las calles y se manifestaron afuera de diversos hospitales, hoy operados por el programa IMSS-Bienestar, para exigir la continuidad de los servicios de diálisis y hemodiálisis, vitales para su supervivencia. La causa del conflicto: la falta de pagos a proveedores y la negligencia administrativa atribuida directamente a Guadalupe Guerrero Avendaño, coordinadora estatal del programa en la entidad.
Los afectados denunciaron que IMSS-Bienestar ha dejado de cumplir con sus obligaciones contractuales, provocando que las empresas proveedoras retiren las máquinas y materiales indispensables para realizar los tratamientos. Lo más grave, aseguran, es que no se realizó una transición ordenada entre proveedores, lo que generó un vacío en el servicio médico, con consecuencias potencialmente fatales para los pacientes.
“Nos están condenando a morir por un problema administrativo que ellos mismos generaron”, reprocharon familiares y pacientes al denunciar que la doctora Guerrero Avendaño no renovó a tiempo los contratos existentes ni garantizó la llegada de la nueva empresa proveedora, lo que ocasionó la interrupción de los tratamientos en hospitales como el de Ixtapaluca, el General de Valle de Bravo, el de Chimalhuacán, entre otros.
La situación fue comunicada a los pacientes de forma abrupta y poco transparente: con simples carteles anunciaron la suspensión de servicios por falta de pago.
Un sistema colapsado y autoridades ausentes
Los manifestantes exigieron la intervención urgente de las autoridades del Estado de México y lamentaron la ausencia de funcionarios tanto estatales como federales. En el caso de Valle de Bravo, señalaron que la presidenta municipal Michelle Núñez ni siquiera se presentó a escuchar las demandas de los ciudadanos.
Médicos que laboran en estos hospitales, y que solicitaron el anonimato por temor a represalias, confirmaron que la red hospitalaria de IMSS-Bienestar en Edomex atraviesa su peor crisis en dos décadas. Denunciaron que además de la suspensión de tratamientos de hemodiálisis, enfrentan un severo desabasto de medicamentos, de insumos básicos y una preocupante falta de personal médico y especializado.
Los trabajadores de la salud relataron que se encuentran laborando en condiciones extremas, bajo amenazas de sanciones si revelan públicamente el deterioro de los servicios. “Estamos abandonados, no hay insumos, no hay contratos, y la respuesta de las autoridades es el silencio absoluto”, señalaron.
Responsabilidad directa de Guadalupe Guerrero Avendaño
De acuerdo con los testimonios y los hechos documentados, la doctora Guadalupe Guerrero Avendaño ha sido incapaz de resolver la crisis, ni ha mostrado sensibilidad ante la gravedad del problema. Familiares de pacientes la acusaron de no recibirlos, no escucharlos y no tomar decisiones oportunas para evitar el retiro de las máquinas que literalmente mantienen con vida a sus seres queridos.
El caso pone en evidencia una cadena de negligencias, desinterés y falta de planeación por parte de IMSS-Bienestar, bajo la conducción de Guerrero Avendaño, que no solo ha agravado la precariedad del sistema, sino que está dejando sin alternativas a los pacientes más vulnerables.
Organizaciones ciudadanas, familiares y médicos exigen que las autoridades estatales y federales intervengan de inmediato y sancionen a los responsables. Mientras tanto, los hospitales continúan a la deriva y los pacientes luchan contrarreloj para evitar que la negligencia administrativa les arrebate la vida.

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