marzo 14, 2025

Removiendo escombros: Mucho ruido y pocas nueces

Compartir

Del plato a la boca se cae la sopa

Carlos Mota Galván

El gobierno mexicano, tan carente de buenas noticias, faltó a su propio consejo de tomar las cosas con calma, desoyendo la prudencia con que había actuado con su principal “socio” comercial y cambió el “mitin de reclamo”, que pensaba organizar ante la amenaza del aumento arancelario, en una fiesta popular por los “logros” conseguidos, donde los vicios del pasado le cobraron factura, además de que el músculo que pretendían mostrar, se cuestiona, ¿quién lo porta realmente?.

Las entrevistas realizadas a los asistentes muestran, según algunos describen, como fueron presionados para asistir al evento, otros más aceptaron que les pagaron y muchos otros narraron como fueron traídos en camiones desde sus estados, con lunch incluido, al más fiel estilo de aquellos que criticaban en el pasado. Para colmo, la falta de atención (desprecio) por parte de la plana mayor morenista hacia su presidenta, pone de manifiesto nuevamente dónde están sus verdaderos intereses.

No obstante, esta pírrica victoria, porque en realidad fue una prórroga que solo contempla un mes más de gracia, podría convertirse en algo más significativo ante el deterioro que la economía norteamericana empieza a sufrir: el desplome de su bolsa de valores, el despido de miles de trabajadores en el gobierno y la amenaza recurrente del despunte de la inflación, ponen a su economía en las puertas de entrada a una recesión, ante las políticas impulsadas por Donald Trump.

Desde el 19 de febrero a la fecha, el dólar se ha depreciado en 5 por ciento con respecto a las principales monedas del mundo, sus bolsas de valores han perdido más de 4 billones de dólares en valor de capitalización.

Tan solo en lo que va del año el Nasdaq en Nueva York ha descendido 3 billones y la bolsa de valores neoyorquina 1.4 billones, es decir 4.4 billones perdidos en ambos mercados los cuales, se asegura, están reaccionando a las declaraciones del gabinete trumpista así como a la durísima respuesta de gobiernos como el canadiense o el chino y a que el consumidor norteamericano sea el primero en pagar esta política de “periodo de transición“ económica, de la actual administración yanqui.

Estos efectos negativos que empiezan a vivirse en la economía americana parecen ser más altos de lo que ellos esperaban y son a fin de cuentas el origen de esta “magnanimidad” de este polémico mandatario quien ha considerado posponer estos aranceles sin que por ello podamos lanzar campanas al aire para celebrar su anulación.

Sin embargo dicen que genio y figura… y Trump siempre será una bomba de tiempo.

De hecho, el aumento ya autorizado de 25 por ciento de aranceles al acero y al aluminio incluido nuestro país deja en claro que lo mejor que nos puede pasar es que este impuesto no lo generalice.

La única forma que tenemos para defendernos de este atropello comercial, y por ende el desarrollo económico del país, implica arrebatar argumentos a Trump, es decir, acabar con la impunidad en México, algo que difícilmente harán por voluntad propia, dirigida tanto para el crimen organizado como para los políticos que se han involucrado con ellos, aplicando un criterio general y no selectivo.

Solo así acabaríamos con otros ranchos Izaguirre, como el de Teuchitlán, Jalisco, que se presentan en ese y otros estados de la república. Las imágenes dantescas de estos campos de exterminio tienen que desaparecer de nuestro entorno.

Fueron muchos años de contubernios y muchos abrazos en la época reciente, que solo lograron empoderarlos más.Algo más y ello implica paciencia y otra vez un respeto irrestricto por las leyes, esta vez internacionales, para buscar que se acaten los acuerdos del T-MEC, aplicando aranceles compensatorios, en caso necesario, en aquellos productos norteamericanos provenientes de estados republicanos que más les afecten.

Afortunadamente los electores norteamericanos empiezan a ver los efectos de aquello que escogieron, las políticas de aranceles, la reducción de mano de obra y la reducción de plazas laborales en el gobierno han generado preocupaciones en los mercados, los comercios y la ciudadanía en general que lo menos que quieren es vivir una economía de precios galopante.

About The Author

Related posts