Psicólogo Luis Jaime Sunderland López
psic.luissunderland@gmail.com
Estimados lectores:
A lo largo de mi carrera como adictologo (aproximadamente 15 años), he podido presenciar el estigma que hay respecto a los internamientos de las personas con problemas de adicción. Es más común escuchar en la calle o con mis pacientes, la palabra anexo en vez de centro o clínica.
Habrá que preguntarse ¿Por qué cada vez que alguien tiene un problema de adicción busca un anexo y no una clínica o centro reconocido por la Comisión nacional contra las adicciones, CONADIC? habrá que preguntarse ¿Por qué las familias están de acuerdo en que su pariente se interne en un lugar de esta categoría? ¿Por qué un anexo es la primera opción para la familia cuando quiere internar a su pariente? ¿Sera que la familia desconoce lo que es una adicción y se cree que es una enfermedad como la gripe? Son preguntas que merecen ser contestadas, pero no en este momento.
Será tema en próximos artículos de este servidor. En este artículo solo se mencionará lo que es un anexo.
Empecemos definiendo lo que es un anexo, “Centro donde asisten los usuarios de drogas a rehabilitarse”, sin embargo, los métodos empleados son muy cuestionables e incumplen con más del 85% de la normatividad vigente (norma 028 para la prevención, tratamiento y control de las adicciones (Fuente CENADIC)). Constantemente vemos en los medios de comunicación los maltratos que existen en estos lugares y la decadencia con la cual se manejan. Hay maltratos físicos y psicológicos y en muchas ocasiones van contra la dignidad y los derechos humanos de los pacientes, teniendo como resultado más rencor hacia la vida, hacia los familiares y hacia cualquier centro relacionado a las adicciones.
Los anexos son generalmente atendidos por adictos en recuperación (llamados tradicionalmente padrino), hay ausencia de personal médico, psicológico y de trabajador social, no hay expedientes clínicos y mucho menos valoraciones médicas ni psicológicas, lo que me hace constar que no solo de buena intención puedes ayudar a un usuario de drogas a recuperarse.
Este es un fenómeno mundial, ya que en muchas partes del mundo existen estas prácticas tan precarias y México no es la excepción. Expertos en derechos humanos, profesionales a la salud, sociedad civil y la ONU manifestamos nuestra preocupación sobre estos lugares de atención.
Actualmente la CONADIC tiene un programa de regulación a nivel nacional de estos lugares, según cifras oficiales de CENADIC, el año pasado se cerraron 28 anexos y se comprometió a seguir trabajando para lograr un trato justo, digno y humano para tratar a las adicciones; esto me da mucho gusto ya que estoy convencido que la mejor forma de trabajar y de ayudar al paciente a salir del mundo de las drogas, es demostrándole respeto, empatía y compromiso con su bienestar aunque también hay que poseer las herramientas profesionales para brindarle armas y así combatir su enfermedad.