“Por la boca muere el pez”
Refrán popular
Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG
Como una bola de nieve que cayendo por una ladera termina por convertirse en un alud, así López Obrador ha visto su imagen deteriorarse ante la opinión pública, primero nacional y ahora internacionalmente, hasta llegar a convertirse en un tema, para ellos, prioritario por resolver.
Ya lo han comentado un sinnúmero de analistas como el hashtag #narcopresidente, ha deteriorado seriamente la imagen presidencial en México y prueba de ello son los esfuerzos, hasta ahora inútiles, de su equipo, para recomponer su imagen. El presentar en video a un grupo de supuestos narcos encapuchados quienes apelan a la buena voluntad del pueblo para que entiendan que ellos no financiaron las campañas políticas del ahora Presidente, es francamente de risa.
La piel la tienen tan sensible al tema, que la simple mención de Volker Türk, alto comisionado para los derechos humanos de la ONU, de la conveniencia de proteger las próximas elecciones en el país por la violencia desatada en las últimas fechas, le valió insultos de López Obrador quien le acuso incluso de conspirar contra su gobierno.
No obstante, en los hechos, toda esta verborrea donde se hace la víctima carece de valor, y queda evidente al tener que apoyar el diálogo que hacen jerarcas católicos con narcos para establecer una tregua que disminuya la violencia, como en el caso de Guerrero, porque sus abrazos han sido insuficientes para hacer cumplir la ley.
Sin embargo aceptar la ayuda no significa hacer lo mismo con la critica de los propios prelados, quienes a través del Episcopado Mexicano han esgrimido que existen riesgos al estado de derecho durante las elecciones del 2 de junio, por lo que invitan a la población a salir a votar para defender la democracia en el país y eso si que no fue aceptado en la “mañanera”. Por lo pronto, lo apacible del proceso electoral que aseguran se vive en el país, no es compartido por 23 candidatos que han solicitado protección especial ante el alto riesgo que perciben.
Dicen que el sol no se tapa con un dedo y es un hecho que para el pueblo mexicano la principal preocupación que mantienen es la inseguridad que vivimos y si alguno lo duda, basta con ver como las dos candidatas contendientes lo han tomado para iniciar su campaña política. Hasta el momento, Xóchitl Gálvez es quien más provecho ha sacado al tema al hablar de la necesidad por construir una macro cárcel y la urgencia de redefinir la estrategia de combate al crimen.
Claudia Sheinbaum por su parte, critica la medida a la que califica de fascista y propone seguir con los “abrazos”, que tantos éxitos, insiste, han reportado a esta administración, aunque 180 mil muertes lo rebatan.
La verdad de las cosas es que con este tema en debate quien mas gana es Xóchitl y posicionarlo significa llevar el control del mismo. ¿Por qué una nueva cárcel cuando ya tenemos 21 mas de dimensiones como la propuesta? Porque las personas desean que se acabe con la impunidad y con lo hecho hasta ahora solo lo estamos perpetuando.
Sin duda hablar de inseguridad no es una ocurrencia más; en el imaginario colectivo muchos que han sufrido los embates de la violencia anhelan ver a estos criminales siendo sometidos a la justicia después del grave daño que han impuesto. El pueblo se siente solo en este tema y quien lo acompañe en la solución sin duda ganará un buen número de adeptos. Es difícil que con tanta sangre derramada en el país otro tema se posicione en el corto plazo, la jugada está a ojos vista, cómo abordarla pudiera ser la diferencia en el resultado final.