Psicólogo Luis Jaime Sunderland López
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¿Qué sucede en relación entre la música y el niño? ¿Qué sucede con nuestro cerebro cuando escuchamos nuestra música favorita? Fueron dos de las preguntas mandadas a mi correo a raíz del artículo anterior, explicare con mucha precisión sobre el impacto de la música esperando que se resuelvan las dudas a sus preguntas.
La música es una herramienta que permite que nos comuniquemos desde los primeros días de vida. Gracias a los avances tecnológicos, se ha descubierto que cuando escuchamos música, la conectividad funcional en diferentes áreas cerebrales cambia continuamente, desarrollándose otras funciones cognitivas.
Vamos primero con la primera pregunta… ¿Qué sucede con la relación entre la música y el niño? Desde muy temprana edad los seres humanos generamos una relación especial con la música y con la armonía musical, podemos darnos cuenta cuando se le pone al bebe sonidos especiales para relajarlo e inclusive para que se duerma tranquilo lo que ocasiona vaya ayudando a su desarrollo emocional, cognitivo y social, ayudando a su desarrollo del hemisferio derecho para procesar la información musical. (El hemisferio derecho es responsable de las capacidades creativas y artísticas. Está involucrado en la imaginación, la visión espacial y la apreciación estética. Percepción Visual: Procesa información visual de manera rápida y holística, lo que permite la comprensión de patrones y formas).
De hecho, un bebé de un mes de edad puede diferenciar entre tonos y frecuencias; y con un año, ya experimenta sensibilidad ante escalas musicales. A los tres o cuatro años ya podrán reproducir la música que forma parte de su entorno y, alrededor de los doce empiezan a entender la armonía como tal.
En la segunda pregunta ¿Qué nos produce escuchar nuestra canción favorita? Wilkins (2015) llevo a cabo un experimento donde midió la actividad cerebral en un grupo de personas mientras escuchaban tres canciones diferentes: su canción favorita, una canción que les gustaba y otra que no. Lo que se obtuvo en los resultados fue la activación de la conocida red funcional por defecto (RND), un conjunto de zonas cerebrales que se encuentran conectadas entre sí cuando el cerebro está en estado de reposo, en otras palabras, cuando nos hallamos distraídos o inmersos en algo, lo opuesto a cuando estamos muy concentrados o con atención plena.
La canción preferida de los participantes generaba este patrón reflejando cómo la mente divaga o podemos recordar cosas cuando oímos nuestra canción favorita. Asimismo, se encontró que se activaba también el hipocampo, zona responsable de la memoria (Li, Chen y Tsai, 2015). Cuando se presenta una canción que no le gusta a la persona, aparece desligado de esta red funcional por defecto.
Sin embargo, en la canción favorita existe una fuerte relación con la corteza parietal lateral y la corteza prefrontal media. Esto tiene mucho que ver con la activación de sistemas de recompensas, donde cobra especial relevancia el sistema dopaminérgico y el núcleo accumbens.
Se debe considerar que la música favorita genera dopamina, lo que genera placer igual que lo genera una rica comida, una buena película, pasar tiempo con un ser querido o realizar una actividad favorita así que desde hoy te invito a darte tiempo para escuchar esa canción favorita o ese disco de tu banda favorita, le estas ayudando a tu cerebro y a la interacción humana.