Desde 1972, el Día Mundial de la Educación Ambiental ha sido una oportunidad para resaltar la importancia de la educación en capacitar tanto a individuos como a organizaciones para aprender más sobre el mundo natural, identificar problemas ambientales e involucrarse activamente en su resolución. A medida que el cambio climático obliga tanto al sector privado como al público a impulsar la financiación de tecnologías más neutrales en carbono y verdes, un punto significativo de tensión es cómo equilibrar el crecimiento empresarial y económico con la responsabilidad ambiental. La llegada de herramientas innovadoras que pueden respaldar tanto a grandes corporaciones como a pymes en su camino hacia la sostenibilidad siempre es motivo de celebración, y una de esas herramientas que está destinada a convertirse en un factor clave para lograr el desarrollo sostenible es el pronóstico climático impulsado por inteligencia artificial.
“Estamos presenciando un creciente llamado a prácticas más verdes y soluciones empresariales sostenibles en todo el mundo a medida que cada uno de nosotros se vuelve más consciente de los desafíos que trae el cambio climático”, comenta Alexander Ganshin, CEO en Meteum. “Como las dos mayores economías de América Latina, Brasil y México tienen una posición única tanto como impulsores del crecimiento económico como voces influyentes en la adopción de tecnologías innovadoras que pueden acelerar una transición verde. La combinación de inteligencia artificial y pronósticos climáticos ofrece una solución de alta tecnología y bajo costo para algunas de las industrias más afectadas por el clima en ambos países, como la agricultura, la logística y el transporte.”
No hay duda de que los consumidores brasileños se vuelven cada vez más conscientes del medio ambiente, con un aumento del 40% en el consumo en línea de productos sostenibles el año pasado. El 92% de los brasileños creen que es importante que una empresa tenga prácticas comerciales sostenibles, pero más de la mitad de los mismos encuestados admiten que a menudo es difícil saber qué marcas y empresas están haciendo más para proteger nuestro medio ambiente. Sin embargo, muchas de las mayores empresas del país están adoptando prácticas ESG, como AmBev, Magalu y Natura.
Los consumidores mexicanos también destacan por tener un interés creciente en ver prácticas más sostenibles por parte de sus empresas, tanto a nivel de producto como de prácticas comerciales. Según una encuesta reciente, el 67% de los consumidores mexicanos expresan un firme compromiso con la protección del medio ambiente, mientras que seis de cada diez se declaran a favor del consumo responsable. El 44% de los consumidores mexicanos muestran una preferencia por productos sostenibles, mientras que el 42% elige conscientemente marcas con un compromiso ambiental. De hecho, el creciente interés significa que los consumidores mexicanos ahora están por encima del promedio latinoamericano en lo que respecta a las preocupaciones por prácticas ambientales y sostenibles.
“Brasil y México tienen una combinación mágica de consumidores cada vez más conscientes del medio ambiente y empresas que prosperan con la innovación digital. Por eso pensamos que es tan importante crear conciencia sobre los beneficios de los pronósticos climáticos impulsados por inteligencia artificial y cómo pueden ayudar a las empresas a fortalecer su crecimiento sostenible”, explica Alexander Ganshin.
Al aprovechar el poder de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, las APIs meteorológicas, las plataformas de análisis y la modelización climática de Meteum pueden analizar meticulosamente datos climáticos y predecir patrones climáticos cambiantes rápidamente, eventos atípicos extremos y cambios climáticos a largo plazo. Esto proporciona a las empresas, tanto grandes como pequeñas, la previsión necesaria para optimizar el uso de recursos esenciales como agua, energía y materiales en la cadena de suministro, así como planificar rutas logísticas y reaccionar a eventos previamente imprevisibles. Las empresas que son más conscientes del clima pueden aumentar la eficiencia en la programación de la producción y reducir el desperdicio, lo que resulta en una disminución significativa de la huella de carbono asociada con las operaciones.
“La integración de esta tecnología no solo significa una mejora operativa, sino también un compromiso tangible con la sostenibilidad ambiental, impulsando un cambio concreto hacia prácticas más responsables y respetuosas con el medio ambiente”, concluye Alexander Ganshin.
