noviembre 23, 2024

Removiendo escombros: Hay quien mira, pero no ve

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“Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
Refrán popular

Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG

No son pocos los paralelismos que hay entre México y Colombia y estos comienzan desde tiempos remotos al independizarse ambas naciones del imperio español, a principios del siglo XIX, donde compartían límites fronterizos en lo que ahora es la frontera entre Costa Rica y Panamá, el otrora Imperio Mexicano y la Gran Colombia, relaciones que se consolidan allá por 1823 cuando formalizan sus relaciones diplomáticas.

Pese a ser tan distintos en muchas cosas, también existen similitudes importantes: el idioma, la riqueza cultural, raíces musicales indígenas, hispanas y africanas que encuentran diferentes modos de expresarse pero que en esencia parten de un tronco común, su gusto por la gastronomía, etcétera. Los problemas también guardan orígenes semejantes, la narcoviolencia, por ejemplo.

Ambos pueblos, al igual que muchos otros en el mundo, cansados de gobiernos que no cumplían con sus expectativas, cargados de corrupción y privilegios para unos cuantos, optaron, cada uno en su momento, por intentar revertir sus efectos dándole oportunidad a un nuevo gobierno que prometía hacer las cosas diferentes y trabajar en favor de los más necesitados. Escogieron a dos hombres, similares en intenciones y propuestas.

Sin embargo; el remedio salió más caro que la enfermedad. La verdad, dicen, es lo único que no se puede ocultar, tarde que temprano la realidad aflora. Nuevamente pese a los intentos de ocultarla, la corrupción hace su aparición, ahora con nuevos protagonistas, además a todo ello habría que añadir la falta de capacidad mostrada por los nuevos responsables por encontrar soluciones prácticas y a la poca voluntad mostrada para hacer cambios en lo ya proyectado y programado. Eso sí, se aferran al poder y pretenden no dejarlo nunca. 

Hace unos días Colombia tuvo elecciones regionales y el descalabro para Petro y su partido fue mayúsculo, a tan sólo un año y dos meses de asumir el poder, el electorado le mostró su disgusto por la forma de guiar su administración y su negativa a las reformas pretendidas por el exguerrillero y político cieneguillo. La diferencia de votos es tan grande que muchos especialistas consideran que esto bien pudiera ser la antesala de lo que vendrá en 2026 cuando se elija nuevo presidente de la República en aquella nación.

Cierto es que el pueblo colombiano ha mostrado que son de mecha corta, en el pasado aceptaron los retos que implicaba el enfrentamiento con un Pablo Escobar y pese a las muertes y derramamiento de sangre que costó, acabaron con él, y ahora, que dieron la oportunidad a quien creían les traería mejoras, pero comprueban que no es así, votan en contra y amenazan con iniciar un nuevo movimiento en retroceso. 

México, está por vivir una jornada electoral donde no sólo estará en juego quien gobierne al país por 6 años más, lo realmente trascendental será determinar por qué camino andaremos en el futuro, Andrés Manuel López Obrador, pretende un moderno Maximato. Un híbrido que se diga de izquierda pero que actúa con una voracidad peor que la derecha. Una política donde se ayude con becas a personas de la tercera edad, ninis y a quien presente alguna incapacidad física, pero que empobrece a la población en general. Obras que dañan nuestro entorno pero empoderan a quien las ejecuta. 

No sé si la similitud de experiencias entre nuestros pueblos vuelva a hacerse presente pero sí sé que muchos están trabajando para que ello suceda, no sé si al final del camino habrá éxito en la propuesta, pero si sé que las acciones vacilantes de la presente administración, Acapulco es un botón más, tal vez el más representativo, a las políticas fallidas y de menosprecio por las autoridades, juegan en su contra y muchos están dispuestos a cobrárselas en una oportunidad próxima.

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