noviembre 21, 2024

Removiendo escombros: ¿Darán vida a un Plan D?

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Carlos Mota Galván / @CarlosMotaG

“Junta de lobos, muerte de ovejas”.
Refrán español 

Por todos es sabido que la prioridad del presidente López Obrador es ganar las elecciones presidenciales de 2024, de igual forma, que en virtud del fracaso obtenido en sus planes A y B en materia electoral, han implementado una tercera opción, el “PLAN C”, que como él mismo lo ha dado a conocer, busca ganar carro completo para intentar plasmar en la Constitución Mexicana las propuestas requeridas que garanticen que la “cuarta transformación” se perpetue en el país. 

No obstante, el nulo crecimiento que ha registrado en las preferencias ciudadanas su corcholata ganadora, Claudia Sheinbaum, y que, en los intentos por desprestigiar a su contrincante directa, Xóchitl Gálvez, lo único que han conseguido es posicionarla mejor en el ánimo de la ciudadanía, les obliga a buscar un plan alternativo que pudiera en caso de una contingencia mayor (perder las elecciones), ponerlo en operación buscando un control de daños que limite los resultados adversos. 

Acostumbrados estamos a que una bola de lisonjeros haga presencia en las mañaneras, adulando a quien consideran como su mesías (apoyo económico de por medio), no escatimando flores y vítores creando un pacto fáustico donde cada cual representa su papel. Desde 2019 algunos políticos afines a Morena han tratado de impulsar la reelección sin éxito, el primero de ellos fue Charlie Valentino León Flores por el distrito 4 de Tabasco, Félix Salgado Macedonio fue otro, entre varios más. 

A todo esto, el presidente ante la poca viabilidad de que se reformara el artículo 83 de nuestra Carta Magna, donde se consagra dicha limitante, refirió que él siempre ha pensado en que al terminar su mandato se retiraría de manera permanente de la vida pública y se iría a su rancho a Palenque a escribir un libro sobre el pensamiento conservador en México. Sin embargo, ahora, ante una posible contienda de pronóstico reservado, las cosas podrían visualizarse diferente.

El senador Alejandro Rojas Díaz-Durán, parece haber abierto una puerta que si bien López Obrador cerró de inicio, argumentando que a él lo den por muerto pues no piensa una vez terminado su periodo presidencial seguir en la política activa. Sin embargo, las circunstancias podrían llevarlo a “ reconsiderar” tal propuesta y “sacrificarse” tomando al toro por los cuernos. 

Esta iniciativa contempla garantizar a los expresidentes un escaño en el senado sin necesidad de pasar por las urnas, por un periodo de seis años luego de que concluyan su encomienda. Cabe hacer notar que esta reforma (artículo 56) como toda ley, no sería retroactiva, de modo que no se aplicaría a Peña Nieto, Calderón ni Fox, sino únicamente al actual mandatario y aunque en entrevista posterior Rojas negó que AMLO pudiera acceder a ella, esto no se sustenta en la propuesta. 

Las voces en contra no se han hecho esperar, argumentando que lo que en realidad se busca es dar fuero al actual presidente y por ende inmunidad ante cualquier imputación a su actuar. Pero analizándolo a profundidad, de perder Morena la elección presidencial, algo difícil, pero no improbable por cómo se presenta la contienda, este cargo en el senado le posibilitaría a López Obrador operar la oposición desde un puesto estratégico que daría severos dolores de cabeza al gobierno en turno. 

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