Científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desarrollaron el primer procesador mexicano que constituirá la semilla para construir las supercomputadoras del futuro en Europa, bajo la Iniciativa Europea de Procesador (EPI, por sus siglas en inglés) que lidera el Centro de Supercomputación de Barcelona (BSC).
Al presentar la conferencia magistral “Supercomputadores y soberanía europea”, dictada por el fundador y director del BSC, Mateo Valero Cortés, el director general del IPN, Arturo Reyes Sandoval, recordó que, hace 13 años, científicos visionarios del Centro de Investigación en Computación (CIC) desarrollaron un teléfono celular seguro, cuyos conocimientos cimentaron la iniciativa Lagarto, bajo la cual se desarrolló el procesador mexicano que fue acogido por el BSC.
Explicó que, en el mundo de las supercomputadoras y diseño de microprocesadores, México y el IPN visualizan grandes oportunidades de desarrollo tecnológico y de conocimiento, sobre todo en la etapa pospandémica y de recuperación industrial.
Sostuvo que las instituciones deben estar pendientes de las necesidades de sus científicos y tecnólogos para hacer realidad desarrollos tan importantes como los microprocesadores. Añadió que los recursos humanos altamente calificados tienen la capacidad de realizar proyectos que son el detonante del cambio tecnológico.
Informó que muchos politécnicos laboran en el BSC y eso es motivo de orgullo y de un trabajo que ―hay que reconocer― se ha cimentado desde hace muchos años. “Vamos a trabajar para que eso continúe creciendo y podamos hacer más proyectos de manera conjunta con diversas universidades”.
Afirmó que el IPN es la institución educativa rectora en ciencia y tecnología en México. “Así se mantendrá a la vanguardia con todos estos desarrollos y al formar profesionistas con perfiles específicos que puedan incorporarse a la industria”.
En su disertación, el profesor e investigador en Arquitectura de Computadores por la Universidad Politécnica de Cataluña, Mateo Valero Cortés, apuntó que las universidades crean cosas que pueden cambiar un país o la historia de la humanidad.
Al detallar los múltiples desarrollos que realiza el BSC en el desarrollo de microprocesadores y construcción de nuevas supercomputadoras, el científico explicó que, en los centros e instituciones, si hay talento e innovación habrá siempre las posibilidades de generar recursos. Hizo un reconocimiento a los científicos del CIC-IPN, Marco Antonio Ramírez Salinas y Luis Alfonso Villa Vargas, pioneros de la iniciativa Lagarto, proyecto que implicó el desarrollo del procesador mexicano.
A su vez, el profesor Marco Antonio Ramírez Salina señaló que desde hace muchos años el desarrollo tecnológico es controlado por países como Estados Unidos, Japón, China y Taiwán. “Así es como el resto del mundo se convirtió en consumidores”.
“Bajo este contexto de dependencia tecnológica, hace 13 años un grupo científicos del CIC elaboró el proyecto denominado Seguridad Nacional, que consistió en desarrollar un teléfono celular seguro, que era más grande que los comerciales.”
Explicó que, al trabajar de manera coordinada con el titular de BSC, Mateo Valero, en el CIC se formaron recursos humanos de alto nivel, a través de programas de posgrado de competencia internacional:
“A la fecha se han concluido 20 tesis de maestría y doctorado, todos con aporte al proyecto Lagarto; actualmente se desarrollan cinco más. Todas las tesis se logran con doble titulación en acuerdo con la Universidad Politécnica de Cataluña.”
Ramírez Salinas detalló que se han impartido 21 talleres de forma gratuita a profesores y alumnos de los tres niveles educativos del IPN sobre arquitectura y diseño de procesadores y fundamentos de fabricación de circuitos integrados, entre otros temas.
Subrayó que los profesores podrán compartir ese conocimiento a sus alumnos para apropiarse de esta tecnología. “Estoy seguro de que, a mediano plazo, vamos a hacer computadoras, chips de video y chips periféricos y empezará una dinámica interesante en el diseño de chips semiconductores”, concluyó.