noviembre 22, 2024

Removiendo escombros: ¿dónde está el Estado?

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Carlos Mota Galván

“Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Refrán popular

México vive a diario una tragedia, el crimen organizado deja todos los días una estela de víctimas, de dolor y de impotencia en muchas familias que no terminan por entender qué es lo que está pasando en sus comunidades y no encuentran respuesta en aquel que afirma que son los locutores de radio y medios de información quienes magnifican los hechos.

Según datos oficiales proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, quien cada mes compendia el número de víctimas de todos los delitos que se denuncian en el país (19 de cada 20 no lo hacen), registran que en junio sumaron 35 mil 414; el mes más violento que vive la presente administración de la cuarta “transformación”.

Por otra parte, y de acuerdo con los registros que se tienen de medio año, los 5 estados más violentos por el delito de homicidio doloso por cada 100 mil habitantes son: Colima, Zacatecas, Morelos, Baja California y Chihuahua. Cuatro de ellos, los primeros, gobernados por el partido Morena.

La desfachatez de los grupos delictivos o sería mejor llamarlo, la seguridad que tienen en la impunidad que detentan, les permite, como nunca, actuar haciendo gala de niveles muy altos de violencia: ataque con explosivos en Jalisco, disparos con drones en Guerrero, cuerpos descuartizados colgados de puentes peatonales en el Estado de México; en Colima, el colmo, personal del Poder Judicial de la Federación de aquella entidad tendrán que trabajar desde sus casas porque no se les puede garantizar su seguridad en las instalaciones de la dependencia.

Así están las cosas y la política de “abrazos, no balazos” no cambia y para aquel que lo cuestione (aán presentando cifras oficiales), se le estigmatiza, se le llama mentiroso y que representa oscuros intereses que lo llevan a hacer politiquería para desprestigiar al régimen que “tanto ha dado al país”.

Mención especial presenta el caso Chilpancingo, población que los últimos días ha estado en el ojo del huracán, ahí no solo se han organizado manifestaciones y bloqueos carreteros en demanda de obras de beneficio comunitario y la liberación de líderes transportistas y operadores de grupos criminales a quienes se halló en posesión de drogas y cartuchos exclusivos del Ejército.

En esta comunidad también ha salido a la luz un video de la alcaldesa del lugar, Norma Otilia Hernández Martínez quien se ve desayunando con el líder del grupo delictivo “Los Ardillos” y con quien, se acusa, mantiene vínculos de apoyo, digamos, difíciles de explicar.

Por lo pronto, mientras en el imaginario del mundo del presidente, donde todo está bien, nada malo pasa y todo son maquinaciones para desprestigiarlo, conviene analizar qué daño causa la violencia en una sociedad cualquiera, entendiendo que este va mucho más allá del físico; la violencia provoca depresión, trastornos varios de salud mental, entre otros más.

Clima amargo

No se trata de ser fatalistas, expertos aseguran que la violencia es previsible y prevenible, la OMS, en estudios de la violencia recomiendan aplicar 18 reglas entre las que destacan: generar nuevas políticas de salud donde se dé seguimiento real a la víctima, generar leyes acordes a los tiempos que se viven en cada lugar, en una palabra, tomar al toro por los cuernos si en verdad lo que se quiere es el beneficio para sus pobladores, entre otras más.

Mientras solo se busque maquillar los datos y no acabar con el empecinamiento de que todo lo diseñado está bien, nada tendrá éxito. Digno de encomio sería que en verdad se dedicaran a trabajar en aquello que se les encomendó, a trabajar por la seguridad ciudadana, por cierto, la principal demanda que les confió la ciudadanía en el momento del cambio. La verdadera politiquería que tanto disfrutan echar en cara a sus rivales, es la promoción refresquera que ellos hacen.

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