Armando Ríos Ruiz, en
Cada vez que se ofrece, el presidente afirma sin el menor rubor, que su táctica de abrazos a los delincuentes funciona y su secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, lo secunda con lecturas más ofensivas por descabelladas. De acuerdo con sus datos, México ya debería competir con los países europeos que han cerrado sus cárceles por falta de delincuentes.
El Primer Mandatario no se apena por pasajes como el que ofreció la señora María Icela Valdez, lideresa del colectivo tamaulipeco de búsqueda de personas desaparecidas, quien el 24 de junio de 2019 se hincó ante su presencia para suplicarle su intervención para encontrar a su hijo desaparecido.
María Icela es parte del grupo de buscadoras que solicitó a través de cartas a nueve líderes de los principales cárteles de la droga, que ya no desaparezcan personas. “Cuesta mucho trabajo encontrarlas y más que el gobierno desee identificarlas”, señaló. También comparte su agradecimiento porque han reaccionado de manera efectiva a esa petición.
No son los abrazos los que han funcionado. Es la desesperación. Las lágrimas de dolor profundo. Las solicitudes inmersas en las más dolientes expresiones de angustia, las que no lograron ablandar el grueso y helado caparazón que envuelve al gobierno, incapaz de inquietarse. Pero mejor, han funcionado para conmover a algunas organizaciones que, de acuerdo con los líderes de esos colectivos, han respondido de manera positiva y tangible.
Aunque el Ejecutivo se niegue a reconocerlo, desde el principio de esta administración, no hay renglón que no haya empeorado, con el empecinamiento de agravar la situación con la cooptación de instancias clave para la subsistencia de la razón y de la confianza. Hoy, la mira está puesta en la destrucción de la Suprema Corte, último contrapeso aún erguido.
La seguridad es uno de los asuntos que más preocupan. No obstante, no parece existir un hálito de esperanza en enmendar la fallida táctica para devolver la tranquilidad a los ciudadanos. El delito de extorsión se ha incrementado 48 por ciento, advertencia lanzada por la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), quien señala que sólo entre enero y abril del presente año, 3 mil 473 personas fueron víctimas de este delito.
La alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, gobierna desde un cuartel porque su presencia en el ayuntamiento significa un reto a la delincuencia organizada, debido a sus trabajos en materia de seguridad. Decomisó 700 armas y ordenó la encarcelación de 60 sicarios en lo que va de su administración.
La DEA descubrió que por medio de empresas fachadas, de mariscos, químicos y casinos, y con transacciones en bancos chinos, desde 2018, los criminales mexicanos blanquean dinero del narcotráfico. Los orientales cobran uno por ciento del monto manejado, cuando el promedio es de 10. Estas mafias devuelven lo blanqueado casi de inmediato. Son las más efectivas.
La Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo). Valoró el hoy conocido huachicol o venta ilegal de gasolina, en 57.6 millones de litros diarios, que representan el 30 por ciento del consumo diario. Esto es producto de la ordeña de ductos y de la sustracción fiscal, que se refiere a la importación de combustible bajo otras fracciones arancelarias para no pagar impuestos.
Ángel Martínez, presidente de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar) afirma que durante el primer cuatrimestre del año, el robo a autotransporte de carga en las carreteras mexicanas, se incrementó 10 por ciento Está confirmado que el delito se ha extendido a todo el país, sostuvo.
Lo anterior es sólo un pequeñísimo resumen de lo publicado en solo cinco días de la semana pasada. Las cifras se contraponen de manera contundente a lo que el gobierno da en pregonar un día sí y otro también, en las aburrideras matutinas convertidas en tribuna indiscutible de la mentira.
