Redacción México Político
El cambio climático es ya un término inserto en el ADN de las generaciones actuales. Riesgos que se preconizaron hace décadas, hoy son un día a día en las cuatro esquinas del mundo, por lo que comprender a qué nos enfrentamos y encontrar soluciones inmediatas y a largo plazo, son materia de la ciencia ambiental.
Sólo tenemos un planeta y cuidarlo requiere que se pongan en juego conocimientos científicos especializados, sobre todo para conocer cuál es el impacto que como humanidad le damos al planeta y también los alcances y los daños de la huella de nuestro paso por la Tierra.
Es la investigación científica la que nos otorga la data confiable para que las decisiones de los gobiernos, empresas y de la sociedad en su conjunto nos diga el alcance del cambio climático, la pérdida de flora y fauna, contaminación aérea y también en mares y acuíferos, y con ese conocimiento se creen las respuestas que mitiguen el daño causado.
Es así como la ciencia ambiental -una disciplina considerada multidisciplinaria que comprende diferentes áreas entre ellos estudiar los problemas ambientales y la propuesta para soluciones sostenibles-, comprende a las tecnologías limpias y sostenibles, las energías renovables, cómo preservar, mejorar e incrementar los recursos naturales o prácticas agrícolas y pecuarias sustentables, entre otras.
Otras funciones de las ciencias ambientales es el diseño de políticas públicas para gobiernos y empresas, con la finalidad de que los primeros desarrollen políticas y regulaciones que preserven al medioambiente, así como que las segundas tengan prácticas eficientes amigables con el entorno.
Otra de las funciones indispensables de las ciencias ambientales es la educación a la sociedad mediante información puntual y comprobada, para incentivar el cuidado del medioambiente, así como la generación de nuevos comportamientos sociales, amigables con el entorno.