noviembre 21, 2024

Cultura Impar: La Cultura del Yo no fui… Pero aspiracionista, eso sí

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José Manuel Rueda Smithers

El migrante de tierra lejana camina andante y perseverante

hacia una tierra distante y añorada.

Tiene la esperanza de algún día llegar sano a la tierra prometida

 que cambiara su destino, un migrante lejano.

Poema El migrante de Tierra lejana, de Fernando (sic).

Las facturas empezarán a cobrarse en menos de lo que los encumbrados de ahora creen saber. La cultura política pocas veces falla, y empiezan a prenderse luces amarillas (algunas ya más subidas de tono), en cuanto a los “aspiracionistas” (conste que es palabra modernizada), sean o no corcholatas del gobierno, que conste.

Desgraciadamente, la nota roja es seria y pega donde más duele.

Aunque el gobierno federal ha intentado controlar en algo el asunto, los 39 migrantes muertos en Ciudad Juárez, no dejarán de ser noticia de aquí en adelante. Diría hace muchisisimos años mi maestro de Biología en el Colegio Latino Americano: esa es la culpa, ¿y la disculpa?

Las primeras reacciones políticas fueron de lavarse las manos y culpar a los otros, hasta al compañero de banca. Es muy sabido que los culpables siempre serán los de más abajo. Pero hoy, la gravedad del asunto tiene mucho que ver con la austeridad republicana, con la falta de capacitación, con el creer que no pasa nada, con el dejar hacer y dejar pasar, etc.

Tras el siniestro ocurrido en el INM de Juárez, las investigaciones arrojan que un contralmirante y un exgerente de deshuesadero, eran responsables de esa instalación; hay 8 “posibles culpables” y ya salieron las primeras órdenes de captura.

Foto Getty Images

Horas antes, por supuesto que el secretario de Gobernación, Adán Augusto… y el de Relaciones Exteriores, Marcelo…, se habían culpado uno al otro, en un claro peloteo del problemón internacional que implica un suceso de esta clase. Obvio, hasta que su jefe máximo, el sr. Andrés López, les dijo frente a toda su multitudinaria audiencia mañanera, que “ninguno era culpable. Esto es producto de las circunstancias que se están presentando, pero estamos juntos todos y vamos a seguir así”, se atrevió a asegurar.

Vale robarse un párrafo de la siempre atinada columna de Yo campesino donde menciona que López, Adán Augusto, así como Marcelo, además de incluir “a Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración, son totalmente inocentes, ni siquiera tienen por qué echarse la pelota de las responsabilidades, si fieles al sello cuatrotero, los culpables son otros, los de antes…”

¿Para que buscar más? Cuando una salida es fácil, demagógica, ilógica y perdida en el limbo del hoy en México.

Nada más como dato de la Cultura Impar: ¿Saben que la empresa encargada de la seguridad en el campo de concentración -perdón- de inmigrantes de Ciudad Juárez, es propiedad del dictador en Nicaragua, Daniel Ortega? Pues ahí está el dato, por lo que con mayor razón, los culpables se quedarán en los de más abajo, no pasará de eso, no se llegará al caiga quien caiga, porque entonces ese país sería salvado.

La empresa nicaragüense -SEICSA, Servicios Especializados en Investigación y Custodia- está contratada para proveer de seguridad a instalaciones del gobierno federal, y apenas sobrevive gracias a los casi tres mil millones de pesos que México le paga cada año por 130 contratos anuales.

¿Y SEDENA, Marina, la Guardia Nacional, etc.? bien gracias… Soportan, nada más miran y se ven obligadas a callar.

En 1941, poco después del ataque japonés a Pearl Harbor, un miembro del gabinete de los Estados Unidos dijo: “Es culpa de alguien más, que todavía no sabemos”. Y la historia se perdió en los otros datos…

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