Por Luis Sunderland Méndez @LouSunderland
El lunes de la próxima semana inician las campañas en Coahuila y Estado de México. En Coahuila elegirán a su gobernador y a 25 diputaciones y en el Edomex solo a su gobernador. Ya desde las precampañas se vio que ninguno de los contendientes la tiene fácil y que los resultados de este proceso electoral tan importante para el futuro del país, dependerán principalmente del desempeño de las y los candidatos.
Pero no solo son ellos, sino sus equipos quienes deben hilar muy fino para que el electorado que acuda 4 de junio a las casillas a emitir su voto, primero lo haga, y después, que sufrague con plena conciencia de que lo está haciendo apoya el proyecto que México necesita.
Ese es el principal problema que vemos en estas elecciones. Una importante parte de los votantes no está preparada para tomar una decisión que favorezca lo que México requiere ahora: certidumbre, seguridad, educación, salud, respeto a la Constitución, al Estado de Derecho, etcétera. Estas palabras se han desdibujado junto con la población en general. Para muchos, su significado es una quimera y las ven como algo casi imposible de lograr. Otros, las valoran como el motor que requiere México para lograr crecimiento económico, congruencia gubernamental y acabar con el cada vez más terrible desorden de la 4T. A otros, simplemente no les importa, dependen de los programas sociales que les permiten sobrevivir, aunque sea de forma lastimosa, y no se quieren arriesgar a perder sus pensiones. Mucha gente piensa que López Obrador es el que les regala ese dinero y nada más no hay forma de que la gente entienda que el dinero proviene de los impuestos de quienes los pagan y que es mandato constitucional.
El gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre todo en el Edomex, ha sido tan ineficiente y tibio, que más bien pareciera que Del Mazo pertenece al partido oficial federal. La manera en que el gobernador mexiquense ha descobijado a su propia candidata, Alejandra del Moral, es tan evidente, que no solo entorpece su campaña, sino que la hace retroceder. No es difícil entender las razones por las cuales los habitantes de la entidad quieren es que el PRI desaparezca de sus vidas.
A lo que no le encuentro el sentido es que ahora viren hacia el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y a sus aliados y apoyen a Delfina Gómez Álvarez, cuando se le denunció por corruptelas desde la campaña a la alcaldía de Texcoco ya que retenía para sus gastos el 10 por ciento de los salarios de los trabajadores; como secretaria de Educación Pública acabó con el programa de Escuela Completa, dañando a miles de niños que se beneficiaban con él; también asignaba contratos sin licitación a empresas que eran inexistentes, beneficiando a familiares y amigos; y más de 13 mil millones de pesos del programa La Escuela es Nuestra los desapareció. Todo esto es conocido por todos, porque ha sido publicado en los medios nacionales y permanentemente en las redes sociales.
Se puede pensar que en Coahuila, Manolo Jiménez Salinas, ex alcalde de Saltillo, saldrá adelante abanderado por la coalición PRI, PAN y PRD, conocida como Va Por México y que Armando Guadiana Tijerina, de Morena, la tiene complicada. Ya sobre los otros candidatos que se registraron ni qué decir nada de ellos, porque solo ellos se entienden.
Pero en el Edomex, las cosas en estos momentos todavía no comenzada las campañas, se pondrán al rojo vivo. Una verdadera guerra de encuestas lo anuncia y lo único que realmente se puede saber, es que nadie puede predecir qué candidata será la primera mujer gobernadora del estado.
De nuevo les digo, queridos lectores, no solo hay que salir a votar, sino convertirse en un proselitista y convencer a familiares y amigos; a los jóvenes que a veces no les importa nada, que acudan a votar en favor de la candidata que afiance la coalición que nos puede hacer soñar en que ganando estas elecciones del 2023, el próximo año, realmente exista la oportunidad de darle las gracias a López Obrador para que se lo lleve el tren directamente a su rancho, dondequiera que esté y se quede ahí para siempre.
