Nuestro más grave problema
Luis Sunderland Méndez
@LouSunderland
Para muchos mexicanos es desgastante ver que cada día que pasa nuestras esperanzas de salir del hoyo en el que estamos se aleja más, muchos pensamos que los jóvenes y una buena parte de la sociedad civil no se han involucrado en temas políticos como debe de ser. Las organizaciones ciudadanas que se han
formado, deben de ejercer presión en las corporaciones sociales, en las desgastadas empresariales, partidos políticos que no conectan con la sociedad, intelectuales, académicos y científicos.
La tendencia dice que tendremos otros seis años de mayor deterioro de las Instituciones de la República después del 2024 y abandonar el mundo al revés que vivimos, no la veremos y México como lo queremos, no lo tendremos.
Estamos viviendo las consecuencias de nuestro desinterés y apatía en aceptar las decisiones que toma el presidente de forma desquiciada en contra del crecimiento de nuestra economía y de nuestra tranquilidad. Además, cuando los funcionarios del Instituto Nacional de Elecciones (INE) tocan los timbres de las casas, solo uno de cada 10 se interesa en ser funcionarios de casillas u observador electoral, así como quieren. Si vamos a la marcha y al plantón, pero para estar en las casillas el día de las elecciones, la gente no quiere.
Esto está pasando en el Estado de México y en Coahuila. Un ejército de Servidores de la Nación, intimidando a la población a que no atienda al INE y a que vote por MORENA, ahí dejo este tema.
Los últimos cuatro sexenios hemos tenido de todo: El señor de las botas Fox nunca logró hacer el cambio por el cual fue elegido; Calderón, aunque no se percató de las andanzas de García Luna, fue el que más combatió a los carteles de la droga. Peña nos defraudó con su incapacidad y frivolidad, pero, sobre todo
con su corrupción y de su nueva generación de gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Todo esto nos llevó a un terrible encontronazo no solo por la magnitud del golpe, sino contra lo que chocamos. Un depredador, abusivo, incapacitado mental y profesional para ejercer la Presidencia. Un irresponsable corrupto, que ni siquiera tiene la capacidad de comprender los alcances de sus omisiones en las grandes decisiones diarias que está obligado a tomar y que, en vez de escuchar a asesores expertos, prefiere oír a su rencor y amargura y a uno que otro buitre de los que se ha rodeado que solo saben jalar agua para su molino, alimentando el deseo de revanchismo de su jefe. López está lleno de rencor en primer lugar contra la clase media que encabezó las marchas y los plantones recientes a las
que ya se unieron miles de trabajadores y de campesinos que son los más lastimados por los efectos de sus desvaríos.
El presidente decretó que miles de sus seguidores y de servidores públicos no tendrán otra que obedecer, junto a infinidad de atrapados con los depósitos que les hace, acudan al Zócalo el día 18 de este mes a aplaudirle sus mentiras y engaños, seguidas de insultos y descalificaciones contra personajes antagónicos a él y de los comunicadores que se atreven a discrepar de sus deseos que lo ponen en entredicho todos los días. López cuenta con el apoyo de los gobernadores, de las fuerzas armadas y del más terrible de sus aliados, el crimen organizado.
Los seguidores de la 4T están dispuestos a cualquier cosa en contra de los que se opongan a los deseos del sumo artífice de la destrucción del país, si no, observen las redes sociales.
El triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en los procesos electorales de este año y del 2024 no está cantado, nadie la tienen fácil. López no solo tiene a millones de gentes hasta la coronilla sino apanicados por el camino en el que lleva al país; un México sin medicinas, sin vacunas, sin crecimiento e incongruente en política económica. Los mexicanos queremos recobrar la confianza en las autoridades, combatir y acabar con la amenaza que viven las mujeres por el cruel y sangriento machismo que impera en el país y la intolerable y vergonzante impunidad que padecemos. Los crímenes no se persiguen e incluso muchas veces el ministerio público es omiso. Debemos de exigir que cualquier
mujer pueda salir a la calle y que haga su vida con plena libertad y seguridad sin el terror de ya no regresar a su casa. Se le debe justicia a los miles de desaparecidos. A los fallecidos por la desatención en los temas de salud y por la pésima actuación del subsecretario López-Gatell en la pandemia.
La alianza opositora convocada por las organizaciones de la sociedad civil manda continuamente señales desalentadoras que nos hacen pensar que no existe. Entre la cantada entrega del EDOMEX a MORENA de Del Mazo, las decisiones del partido de Movimiento Ciudadano (MC) que no son fáciles de interpretar, la
ambición de Alejandro Moreno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se niega a abandonar la presidencia del partido, la candidez de Acción Nacional (PAN) y lejanía con el electorado, su falta de mea culpa en el caso de García Luna. Del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ni hablamos; la elección
que servirá de punta de lanza para ganar en el 2024 está en serios problemas y las posibilidades de Delfina Gómez resulte ganadora en la contienda, son cada día más; Alejandra del Moral no se ve y la gente quiere cambio de siglas en el gobierno estatal.
Mucha incertidumbre: La decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en las controversias contra el Plan B y los temas de la Guardia Nacional y energéticos, los paneles de controversia con los norteamericanos y canadienses que perderemos en materia energética y nitro agropecuario y sobre todo, los contundentes señalamientos de los nexos con los cárteles de la droga de López y algunos de sus muy directos colaboradores. Estemos pendientes de cómo avanza la alianza opositora a la 4T en el Estado de México, ojala Alejandra del Moral logre recomponer la campaña y alcanzar a Delfina.