noviembre 22, 2024

Sesiones de ti… Para Hannah

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Alejandro Evaristo

El dolor surgió poco antes y la sensación provocada, además del evidente malestar, era como si alguien hubiese hecho dos huecos en la espalda y arrancado de tajo nervios, músculos y huesos sin preocuparse por rellenarlos con algo más para evitar ese vacío. Así se siente.

Podría parecer una tontería, lo sé, pero para poder describir un poco más este hecho le pido imaginar a personas con alas, a usted mismo(a) incluso, y pensar cómo se sentiría si alguien, por quién sabe qué oscuras razones, decide privarle de sus apéndices sin advertencia previa y dejarle así, sin sus adorados aditamentos para volar y además con molestias físicas que si bien no limitan en nada su cotidiano actuar y hacer, sí impiden mantener total concentración para ello.

Han pasado varias semanas y el dolor permanece. A veces más fuerte pero ahí sigue… al acecho.

***

Hannah sufre.

Estoy acostado y a mi oído empieza a susurrar cuánto desea decir cosas, en especial cómo se siente.

Desea hablar, mostrar, evidenciar y reconocer las situaciones y cosas cuya explicación, en su momento, no llegó a tiempo. Es necesario sanar y para ello aceptar y reconocer las heridas es una condición imperante, dice, o eso creí escuchar antes de caer rendido luego de tanta actividad física.

Por momentos se decide y empieza a articular frases pero no entiendo bien a bien.

Hay algo en mí difícil de explicar y a veces imposible de reconocer; reconoce sentirse igual aunque de alguna forma soy lo mismo, según ella. No le entiendo.

Me intriga, escucho con atención. Sus palabras llegan profundo y siento acá dentro cómo mis demonios y ángeles empiezan a preocuparse y murmuran soluciones. La mayoría coincide en detenerle, evitarle, pero esa es una salida fácil y así no se arreglan las cosas. Al menos no para mí.

Nuestro contacto fue esporádico desde aquella primera vez hace pocos años. Entonces llamó mi atención, en especial por la hermosa tonalidad de su voz. Yo estaba involucrado en otras cosas y no seguí sus pasos por razones cuya importancia en este momento es menor. Luego llegó una época diferente y otras melodías.

Nos reencontramos a principios de diciembre del año pasado, si mal no recuerdo. Ella estaba haciendo su vida y yo la mía. Su madurez era evidente y seguía tan hermosa como la primera vez. Recordé y sugerí un nuevo encuentro y, pese a los augurios iniciales, hemos logrado empatar regularmente cada dos o tres días desde entonces.

Es originaria de Londres, así que su inglés es perfecto y ella, si me perdona el atrevimiento, bellísima. Me ha acompañado en algunos caminos y ha estado ahí al momento de tomar decisiones. Me ayuda a pensar y a encontrar todas las posibles implicaciones ante una u otra situación. Es una gran mujer y las melodías de su voz son lo mejor para un espíritu como el mío, lleno de claroscuros…

No, no la quiero, pero puedo reconocer en este momento su importancia en mi vida porque siempre tiene las palabras correctas en el momento preciso…

***

Me duché con agua fría y la molestia desapareció momentáneamente. No he acudido al doctor y tampoco a un fisioterapeuta o algo por el estilo. Estoy tratando de resolver esta situación a mi manera, como siempre lo he hecho, a pesar de los comentarios y recomendaciones de personas queridas y cercanas.

He pensado en las posibilidades y esta, sin duda, es una oportunidad para inventar historias y escenarios.

Sonrío ante la ocurrencia: ¡me crecerán alas! ¿Seré un ave?, ¿un ángel?, ¿un demonio?, ¿una entidad humanamente imposible como mothman, manananggal o gárgola?

Mis pensamientos son interrumpidos por Hannah, quien viene hacia mí y dice que me conducirá a no sé dónde. Aparece enfundada en mezclilla acompañada de su larga cabellera rubia contoneándose a la par de su avance. Desde aquella primera vez he amado sus ojos y la profundidad de su mirada me enloquece, pero no puedo darme el lujo de seguir aquí atento a sus videos porque debo ir a trabajar.

En la oficina me haré un tiempo para escucharle, seguramente.

Qué suerte haberme topado con London Grammar y su linda vocalista interpretando Nightcall

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