José Manuel Rueda Smithers
Nada de lo que nace en la tierra nos quedamos con ella, es como la estrella
que en el cielo brilla, pero, a la vez es tan fugaz como el viento…
Poema El verdadero valor del dinero del Alquimista de letras.
“No hay quien aguante un cañonazo de billetes”, sentencia la anécdota detonante de una depravada realidad mundial, que fue dicha -y labrada sobre mármol- en la sangrienta etapa armada de nuestra revolución 1910-1917 que se puso en boca de Álvaro Obregón Salido.
Entonces, una inversión inicial de cinco mil millones de dólares para instalar una planta automotriz en México (concretamente en Nuevo León), fueron suficientes para frenar las ocurrencias y hasta el celo con el que el sr. López desde Palacio Nacional, argumentara para evitar que la empresa Tesla se edifique en el estado norteño.
Ni vale la pena traducir ese dinero en pesos mexicanos, son miles de millones que ayudarán a muchos empleados, empresas de todos los ramos, familias, gobiernos, etc, a circular dinero de quien ahora es el hombre más rico del mundo.
El problema, dijo el sr. López, es la falta de agua en el estado norteño (cosa en la que tiene razón) por lo que le recomendaba mejor invertir en otro lado de México, y se atrevió a sugerir que podría ser cerca del AIFA o incluso en Tabasco.
El presidente de American Society, Larry Rubin, reveló que la inversión de Tesla estuvo en riesgo luego de que el presidente Andrés López quisiera imponer decisiones que le corresponden a la empresa, como la ubicación de la armadora de autos eléctricos.
Rubin advirtió que México debe tener siempre la puerta abierta a las inversiones y no tratar de imponer decisiones o medidas que ahuyenten a las empresas. “La American Society tuvo que abogar por México ante Musk para que no se fuera su inversión, ante la insistencia presidencial de que Tesla se fuera al sureste del territorio nacional y no a Nuevo León”.
Finalmente se acordó el uso de agua tratada para la fabricación de autos eléctricos (y coinciden que esto se da sin tomar en cuenta la que se usa para fabricar las baterías de litio). Nuevo León por el momento, carece de una suficiente red de distribución de agua tratada y como la normatividad mexicana lo especifica, el proyecto empresarial debe incluir su propia planta tratadora.
Lógica y necesaria la condición hacia Tesla para su nueva planta en una zona semidesértica vulnerable a las sequías prolongadas. Lo que sí anunció el gobernador de Nuevo León, Samuel García, “para tranquilidad de muchos” es que para garantizar el acceso al consumo humano ante la cercana probabilidad de un aumento poblacional estimulado por la llegada de inversiones, el Gobierno federal invierte en la presa Libertad y en la construcción del acueducto El Cuchillo II.
Ahora ya se sabe que durante 14 meses Tesla participó en negociaciones con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y tuvo dos reuniones virtuales con el Presidente Andrés López. ¿Participaría la secretaría de Economía o nada más miró?
Aunque se especulaba inicialmente que la inversión rondaría entre 7 mil y 10 mil millones de dólares, Elon Musk –dueño de Tesla- acordó una inversión de 5 mil millones de dólares (la mitad de lo gastado en la refinería Dos Bocas), que generará 35 mil empleos y que se suma a la inversión de 800 millones de dólares anunciada en febrero por el grupo alemán BMW para una planta de baterías en San Luis Potosí.
Cuando se abran esas plantas, el sr. López ya no estará en Palacio Nacional, será para el otro sexenio.