Un presidente que pierde y arrebata

Por Luis Sunderland Méndez. @LouSunderland

• _{México, país de milagrerías, donde lo mágico, lo irreal y lo imaginario, adquiere más relevancia que la realidad misma. Jaime Mario Torrez Bodet.}

La marcha del pasado 13 de noviembre, cuando la ciudadanía manifestó su exigencia de respeto por las instituciones electorales mexicanas, resultó un misil poderosísimo que impactó en el ánimo de López Obrador, de tal manera que puso en evidencia su incapacidad de entendimiento de lo que significa ser el Primer Mandatario de la Nación y cumplir con el juramento que hizo sobre la Constitución el 1 de diciembre del 2018. 

De una forma sucia, atropellada y mortal, fiel a su estilo, ordeno a los diputados de los tres diferentes partidos que conforman al oficialismo, que aprobaran ya no solo sin chistar, sino de forma inmediata a la bazofia de plan B que redactó, por un lado, con el más acendrado odio y deseos de revanchismo y por el otro, con tan poco cuidado que ahora los senadores tendrán que enmendarles la plana a los diputados.

Los 156 artículos que se trastocaron en las tres leyes reformadas alteran completamente el espíritu democrático que gozamos los mexicanos. Si se toma en cuenta que, en las anteriores reformas de 1977, 1986, 1989-90, 1993, 1994, 1996, 2007, 2008 y la del 2014, siempre fueron puestas en marcha en las elecciones primarias; esta ocasión, sería la primera vez en una presidencial.

El miércoles 7 a las 4 de la madrugada, se consumó el atentado contra nuestra democracia que en estos momentos no se sabe que alcance tendrá en la vida nacional. No lo podemos saber, porque todo está en manos de un hombre que no se distingue por sus limpios oficios políticos, porque siempre ha mostrado que sus formas dejan mucho que desear e incluso más adelante sería la SCJN la que deberá emitir su dictamen.  

Pero por lo pronto todo está en la cancha de los senadores y a pesar de que Ricardo Monreal ha ofrecido que se tendrá que revisar en sesiones de las comisiones unidas, no sabemos si les llevará una semana, o meses para hacerlo y cuál será el resultado. Aquí es donde nos daremos cuenta de una vez por todas, quien es Monreal y qué pretende con sus posturas y dichos.

Las dotes histriónicas del senador Ricardo Monreal son inmensas porque siempre declara lo que le conviene en los momentos en los que está en uso de la palabra, ya sea en la tribuna de Senado, en una conferencia de prensa formal o en la banqueta en un simple chacaleo. Él siempre pregona su limpieza, su buena intensión, su trayectoria política, su respeto a la democracia, pero la verdad es que las porras que él solo se echa, suenan vanas y carentes de valor.  

Monreal ha sido muy hábil para engañar a casi todos, incluyendo a los opositores de la sociedad civil en la que algunos han pensado en la conveniencia de que él abandone Morena y seguido de no se sabe cuántos senadores más, formen un bloque que bien podría sumarse al de los opositores. Pero esto es un pensamiento estéril y de difícil realización porque las encuestas no le dan una posición prometedora como para alcanzar la Presidencia en el 2024. No veo al bloque opositor haciéndolo candidato presidencial  y menos aún, al electorado  votando por él, máxime cuando en la alianza opositora, inclusive en Movimiento Ciudadano hay posibilidades más reconocidas.

Por otro lado, veo a un López Obrador que tiene miedo y sabe que la posibilidad de fracasar y de que Morena pierda la elección presidencial es real y eso lo tiene muy nervioso, su forma de hablar, su lenguaje facial y corporal lo delatan, sabe que ha violado a la Constitución en varias ocasiones y que se las debe a mucha gente que ha sido agraviada de distintas formas, además todos los posibles  precandidatos a encabezar el siguiente gobierno federal lo llevarían ante la justicia para que respondiera sobre tantos delitos que ha cometido  algunos incluso confesos.

Debemos darnos cuenta todos que estamos en problemas reales y muy serios, que el futuro del país está en juego, los que no se ha despertado aún y no valoran que deben de participar activamente para no perder nuestros logros personales y como nación dejando que este avance del Atila de Palacio acabe con el futuro de nuestros hijos y nietos, y  lo que con esfuerzo, sangre, sudor y lágrimas, hemos podido alcanzar, aunque ahora este violentado nuestro desarrollo por la 4t, podríamos si nos unimos recuperarlo en seis años y no en 40 como bien podría ser.