Un equipo científico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) localizó al ajolote del Altiplano (Ambystoma velasci) en el municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro, después de 15 años sin registros oficiales en la entidad. El hallazgo ocurrió en una localidad cercana a San Ildefonso y forma parte de un proyecto de conservación encabezado por especialistas de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.
La especie, considerada en peligro de extinción, fue encontrada en un cuerpo de agua artificial utilizado para actividades agrícolas. De acuerdo con los investigadores, este espacio funciona como un refugio involuntario al ubicarse dentro de una propiedad privada con acceso limitado, lo que ha permitido mantener condiciones ambientales que favorecen la supervivencia del ajolote del Altiplano.
El redescubrimiento resulta relevante debido a la presión constante que enfrenta la especie por la degradación de su hábitat, la urbanización y la contaminación del agua. Los científicos señalaron que la ausencia de registros durante más de una década incrementaba el riesgo de que la población local se considerara extinta en Querétaro.
Durante los muestreos realizados en la zona, el equipo del Laboratorio de Microbiología Ambiental logró identificar hasta 50 ejemplares por jornada. Este número sugiere la existencia de una población funcional, aunque vulnerable, dentro del sistema acuático donde fue localizada. Los investigadores consideran que Ambystoma velasci podría actuar como especie “sombrilla”, cuya protección beneficie a otros organismos del ecosistema.
En cada monitoreo se recaban datos sobre edad aproximada, sexo, peso, tamaño y estado de salud de los ajolotes. Para evitar el registro duplicado de ejemplares, los especialistas utilizan patrones de manchas en el costado izquierdo de cada individuo, un método comparable a huellas de identificación natural.
El estudio también incluye análisis fisicoquímicos del agua, como oxígeno disuelto, temperatura, acidez, conductividad y presencia de sólidos suspendidos, así como mediciones bacteriológicas. Estos parámetros permiten evaluar la calidad del hábitat y su viabilidad a largo plazo para la conservación del ajolote del Altiplano.
Riesgos ambientales y acciones de conservación
Los científicos advirtieron que varios cuerpos de agua de la región presentan concentraciones elevadas de nutrientes, amonio, fosfatos, nitrógeno y bacterias coliformes, por encima de las normas ambientales. Esta contaminación se asocia principalmente con actividades agrícolas y el arrastre de fertilizantes durante la filtración del agua de lluvia.
La degradación de los sistemas acuáticos ha sido identificada como una de las principales causas de la desaparición de colonias en Amealco. Por ello, el equipo de la UNAM plantea la necesidad de reducir la polución mediante la colaboración entre autoridades, productores agrícolas y comunidades locales, con alternativas de riego y manejo sustentable.
El proyecto de investigación tendrá una duración aproximada de cuatro años. En una segunda fase se prevé implementar estrategias de conservación similares a las desarrolladas en Xochimilco, con el objetivo de preservar tanto al ajolote del Altiplano como a su entorno natural.
Distribución histórica del ajolote del Altiplano
El Ambystoma velasci habita tradicionalmente en bosques templados, pastizales y arroyos de aguas frías del centro de México. Existen registros históricos en Puebla, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Morelos y Veracruz. Aunque durante años su presencia se limitó a zonas del Estado de México e Hidalgo, investigaciones recientes han ampliado su distribución hacia estados del norte como Chihuahua y Durango.
El nombre de la especie rinde homenaje al naturalista mexicano José María Velasco Gómez. Su recuperación en Querétaro representa un avance para la conservación del ajolote del Altiplano y subraya la importancia de proteger los sistemas acuáticos frente a la contaminación y el cambio de uso de suelo.
