diciembre 18, 2025

María Corina Machado

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Temas Centrales

de la política en México, por Miguel Tirado Rasso

En su lugar lo leyó su hija, quien de
una manera impecable expuso
el panorama que vive su país a partir
de la llegada de Hugo Chávez al poder.

Para la 4T, figuras como María Corina Machado resultan incómodas, muy incómodas. Cuando se dio el anuncio de que, la luchadora social venezolana había sido elegida para recibir el Premio Nobel de la Paz, la presidenta Claudia Sheinbaum respondió, a la pregunta de una periodista sobre su opinión del tema, con un significativo “no hay comentarios,” lo que no dejó de llamar la atención, que, con una bola de tres bandas, con escazas tres palabras, mostrara su solidaridad con el gobierno espurio de Nicolás Maduro. El dictador venezolano que se hizo nuevamente del poder, alegando haber ganado la elección presidencial de julio de 2024, aunque las boletas electorales, que se niega a publicar, tengan otros datos.

Haber mostrado un poco de empatía, no hubiera comprometido su relación con el gobierno venezolano. La segunda mujer latinoamericana en merecer esta distinción, en 124 años de existencia de esta presea, lo merecía, ideologías aparte. Llegamos todas, ha dicho la mandataria, refiriéndose al empoderamiento femenino, pero cuando sucede, no hay reconocimiento, porque, al parecer, no aplica a las que disienten, a las que, desde la oposición, luchan por alcanzar el poder.

La segunda vez, que le formularon la misma pregunta, ya entregado este premio a María Corina, a través de su hija, la Mandataria respondió, “la última vez dije, sin comentarios y sigo diciendo, sin comentarios. Y, por cierto, es muy importante decir que México siempre va a defender la autodeterminación de los pueblos, la no invasión, la no injerencia y la decisión de los pueblos de tener a los gobiernos que decidan los propios pueblos, su soberanía. Nuestra opinión siempre va a ser la misma: no intervención, utilizar el diálogo para poder resolver cualquier conflicto, la solución pacífica de las controversias, como lo dice nuestra Constitución y la autodeterminación de los pueblos. Siempre será esa nuestra posición.”

Una respuesta al estilo AMLO, cuando a una pregunta incómoda, un poco acorralado, reviraba “y ¿cuánto gana Loret?”

Y aquí, otra vez, causó sorpresa la respuesta de la jefa del Ejecutivo, porque opinar sobre la entrega de este premio, no significa una intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Un discreto comentario no significaría jugarle las contras al Presidente Maduro. Pero insistir en cero comentarios, muestra un toque de intolerancia. Cero política y cero diplomacia.

La Mandataria parece no aceptar ninguna oposición política ni aquí, lo que tenemos muy claro con el cerrojo puesto, permanentemente, en las puertas de Palacio a cualquier disidente o partido de oposición ni en los países amigos, con los que ideológicamente se identifica la 4T. Y es que, lo único que podría explicar la frialdad presidencial, es que, la ahora premiada, juega en la cancha de la oposición. Una opositora que busca, por la vía legal, que el Presidente Maduro reconozca su derrota electoral y deje el cargo.

María Corina llegó, tarde, pero llegó a Oslo, Noruega, después de una delicada, peliculesca y exitosa operación. Una especie de rescate, a cargo de un equipo especializado para sacarla de Venezuela, del lugar en donde permanecía escondida, y llevarla hasta una playa al norte de su país, en donde la esperaba una embarcación en la que navegó, en un mar embravecido, hasta la isla de Curazao. Allí se encontraba un jet privado que habría de transportarla a su destino final, la capital de Noruega, con escala en Maine, EUA, para cargar combustible.

La galardonada no pudo leer su discurso de aceptación. Ya había concluido cuando llegó. En su representación lo leyó su hija, quien de una manera impecable expuso el panorama que vive su país a partir de la llegada de Hugo Chávez al poder. Una historia que debería llamar nuestra atención, porque el inicio del “desmantelamiento de la democracia” en Venezuela comenzó con acciones que nos son familiares.

Dice Machado, “El cabecilla de un golpe militar fue elegido Presidente y muchos pensaron que el carisma podía sustituir el Estado de Derecho… El régimen se dedicó a desmantelar nuestra democracia, violó la Constitución, falsificó nuestra historia, corrompió a las Fuerzas Armadas, purgó a los jueces independientes, censuró a la prensa, persiguió a la disidencia, devastó nuestra biodiversidad… Concentró la renta petrolera generando incentivos perversos que le permitió al gobierno un control sobre la sociedad…La riqueza no se usó para liberar, sino para someter… La corrupción fue obscena, el saqueo histórico. El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que desconfiáramos unos de otros, que nos viéramos como enemigos.”

Esto es algo de lo que María Corina Machado fue a exponer ante el Comité del Premio Nobel de la Paz y que justifica su incansable lucha por recuperar la democracia en su país.

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