El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) enfrenta uno de los momentos más difíciles de su historia reciente. La organización humanitaria confirmó que recortará en un 17% su presupuesto para 2026 debido a la caída global en las donaciones, una decisión que implicará la eliminación de aproximadamente 2,900 puestos de trabajo.
La institución detalló que su presupuesto para el próximo año será de 2,200 millones de dólares, cifra que considera insuficiente para cubrir todas sus operaciones en el mundo. Esta reducción amenaza la capacidad de respuesta en zonas de conflicto y regiones vulnerables donde la ayuda humanitaria es vital.
“Nos enfrentamos a una peligrosa convergencia entre la escalada de los conflictos armados, recortes significativos en la financiación de la ayuda y una tolerancia sistémica ante graves violaciones del derecho internacional humanitario”, advirtió Mirjana Spoljaric, presidenta del CICR, en un comunicado que refleja la gravedad del panorama.
“La realidad financiera nos está forzando a tomar decisiones difíciles para garantizar que podamos continuar aportando una asistencia humanitaria crucial a quienes más lo necesitan”, agregó, dejando claro que la organización hará todo lo posible por mantener su misión, aunque reconoce que el impacto será inevitable.
Este anuncio marca un golpe doloroso para una institución que, por décadas, ha sido símbolo de esperanza en medio de la guerra, la pobreza y el desastre. Hoy, la Cruz Roja se enfrenta a un desafío que pone en riesgo su labor humanitaria en los rincones más vulnerables del planeta.
