
Por Mañoño
Tiempo II
El tiempo pasa, no se detiene.
Juega a que no lo sentimos,
a que no lo vemos pasar.
Juega a las Escondidillas.
En mí, su andar ha sido un desastre;
en ti, en cambio, lo volvió arte.
El tiempo no se detiene: pero quizá habla,
quizá oye.
En mí, pasó de largo y no me miró; en ti se detuvo, no pasó.
Se estacionó,
te contempló.
Y al admirarte te dejó, generoso, lo mejor de él.
Tiempo:
Ni cruel.
Ni traicionero.
Ni justiciero.
Tiempo:
Simplemente eres el transcurso del vivir.
Tomado del libro Espuma sin mar. Nanorrelatos y otras sandeces.
De Manuel Garay