junio 30, 2025

Senado de EU recula y baja impuesto a remesas

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Sin embargo, la propuesta aún está en borrador

Por Daniel Lee Vargas

En un intento por suavizar las repercusiones políticas y económicas de su controversial agenda antiinmigrante, senadores republicanos en Estados Unidos han reducido su propuesta de impuesto a las remesas internacionales del 3.5% al 1%, según el borrador más reciente de la llamada One Big Beautiful Bill.
Aunque el ajuste representa un retroceso frente a la versión extrema aprobada en la Cámara de Representantes —que planteaba un gravamen del 5%—, la iniciativa sigue siendo vista como un golpe directo a las comunidades migrantes y una amenaza latente para las economías de la región.
El nuevo planteamiento excluye, por ahora, las transferencias electrónicas y se limitaría a envíos en efectivo, giros postales y cheques de caja. No obstante, líderes migrantes, operadores financieros y expertos fiscales advierten que el riesgo no ha desaparecido: la iniciativa abre la puerta a una futura fiscalización más amplia sobre los flujos internacionales de dinero, poniendo en entredicho la estabilidad y la seguridad financiera de millones de familias.
La reducción al 1% no es un gesto de empatía: es una maniobra táctica ante la presión de gobiernos extranjeros, bancos internacionales y analistas que han señalado los efectos adversos y las consecuencias regresivas de la medida. Un funcionario del Departamento del Tesoro, que solicitó el anonimato, lo resumió así: “El Senado parece haber entendido, al menos parcialmente, el costo político y transfronterizo de castigar a quienes sostienen las economías familiares a través de remesas”.
En 2024, las remesas enviadas desde Estados Unidos por migrantes mexicanos superaron los 63 mil millones de dólares, siendo una fuente vital de ingresos para millones de hogares. Sin embargo, las transferencias cayeron 2.5% en los primeros cuatro meses de 2025, con una alarmante baja de 12.1% interanual en abril, la mayor contracción en más de una década. Para expertos como Eri Zolov, profesor de Historia en la Universidad Stony Brook, esta caída está directamente relacionada con el clima de persecución generado tras el regreso de Donald Trump a la presidencia y sus renovadas amenazas de deportación masiva.
Más allá de los números, la propuesta de gravar las remesas es una pieza clave de la estrategia republicana para financiar su ofensiva migratoria: más agentes fronterizos, más deportaciones, más muros. Es un intento de convertir al migrante en una doble víctima: por un lado, blanco de criminalización; por el otro, fuente de recaudación para financiar su propio acoso.
El riesgo adicional, como han advertido estudios recientes del BBVA Research, es que este tipo de impuestos empuja a los migrantes hacia canales informales, elevando la probabilidad de evasión fiscal, lavado de dinero y fraudes, mientras margina aún más a quienes no tienen acceso a servicios bancarios formales. “Es un impuesto injusto, regresivo y de bajo impacto recaudatorio, pero de alto impacto social”, concluye el informe.
En los mercados, la noticia de la reducción del gravamen provocó un repunte inmediato de 13% en las acciones de Remitly, reflejo de la expectativa de menor daño operativo para las plataformas de envío. Sin embargo, el alivio podría ser pasajero: la medida sigue siendo una prioridad legislativa para la administración Trump y podría resurgir con mayor fuerza si las negociaciones en el Senado se estancan o si se busca endurecer aún más la política migratoria en los próximos meses.
Lo que está en juego no es solo un porcentaje en las remesas: es la dignidad, la seguridad y la viabilidad económica de millones de familias que sostienen con su esfuerzo no solo a sus comunidades de origen, sino a amplios sectores de la economía estadounidense.
La aparente moderación del Senado no resuelve el fondo del problema: Estados Unidos sigue criminalizando la migración y ahora pretende también gravarla.
Hoy lunes por cierto el Senado de Estados Unidos programó la votación del proyecto de ley del presidente Donald Trump, tras más de cinco horas de debate el domingo sobre un paquete fiscal que añadiría más de 3 millones de dólares al déficit a 10 años, según las estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso estadounidense.
Como indicamos, el último borrador conocido del proyecto reduce de 3.5 % al 1 % el impuesto a las remesas aprobado en mayo por la Cámara de Representantes -con 215 apoyos frente a 214 votos en contra-, a donde deberá regresar la legislación antes de su aprobación final.

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