
Por Carlos Mota Galván
“La tentación es el diablo mirando por el ojo de la cerradura”
La madrugada del pasado martes 24, Donald Trump autorizó que siete bombarderos B2 Spirit cargadas con dos bombas cada uno: GBU-57 Massive Ordnance Penetrator ( MOP), únicos explosivos capaces de penetrar fortificaciones subterráneas en el mundo, lanzaran su carga sobre tres sitios considerados clave para el programa nuclear iraní; las consecuencias, Iran, pese a no aceptarlo públicamente, terminó con sus sueños de dominio y tuvo que firmar la paz forzada que Estados Unidos le impuso, concediéndole de momento que su régimen teocrático siga vigente.Este operativo dejó en claro muchas cosas y convendría tenerlas muy presentes y no solo en el mundo islámico. Donald Trump ocupó la política del uso de la fuerza y a juzgar por los resultados le salió muy productiva dicha medida; mostró su potencial bélico y reafirmó su hegemonía en el mundo, transgredió la ley (nuevamente) y aparentemente no tendrá consecuencias y hasta hay quienes piensan nominarle para el Nobel de La Paz, por absurdo que esto parezca. Ya en el pasado Theodore Roosevelt acuñó la frase: “hablar suavemente y llevar un gran garrote” para cuando la diplomacia se atora y querer imponer sus intereses. Trump, fiel a su estilo, llevó esta máxima a sus últimas consecuencias consiguiendo que su muestra de poderío se registrara como una carambola de varias bandas, pues su efecto expansivo puede ser observado por muchas otras naciones, “te lo digo Juan para que lo entiendas Pedro”.En el caso de nuestro país el efecto es claro, el presidente norteamericano ha anunciado reiteradamente su deseo de ampliar su participación contra los cárteles de las drogas. Declararlos como terroristas que atentan contra la vida de sus conciudadanos parece ser solo el primer paso para incrementar su participación en la lucha; hasta el momento los múltiples problemas que enfrenta por sus desastrosas propuestas económicas y sociales le han ocasionado muestras importantes de descontento como las realizadas en el “No Kings Day”, pero el éxito alcanzado recientemente, bien podría alentarle a seguir por ese camino para pasar a una lucha frontal contra quienes con sus productos contribuyen a la muerte de muchos norteamericanos consumidores de fentanilo, y de esa manera buscar cambiar la percepción de sus compatriotas.El gobierno de México ha dejado en claro que no comulgan con una participación directa de las fuerzas armadas extranjeras en territorio nacional, pero al igual que lo que sucedió con Iran, poco margen de oposición tienen al respecto. Por lo pronto, en el vecino país del norte, sus autoridades buscan día a día subir la presión contra los cárteles, hace unos días se anunció que durante el juicio de “el Menchito” en 2024, el CJNG había espiado a la DEA en suelo norteamericano y con lo que obtuvo, asesino a informantes en México, acción que lo coloca sin lugar a dudas como una organización criminal trasnacional, asimismo apenas ayer el Departamento del Tesoro estadounidense informó que CIBanco, Intercam y Vector, están involucradas en lavado de dinero para tres cárteles, el cártel de los Beltrán Leyva, el CJNG y el cártel del Golfo, durante años y donde realizaron el lavado de millones de dólares y facilitado el pago para adquirir los precursores químicos necesarios para la obtención de fentanilo, por lo que prohibió a sus ciudadanos realicen cualquier operación con estas.Cabe aclarar que una de estas instituciones financieras, Vector, se le relaciona con Alfonso Romo, quien se desempeñó como jefe de la oficina de la presidencia de la república en la administración anterior, lo que sin duda aumentará la presión para las autoridades del país quienes se encuentran prácticamente entre “la espada y la pared”.