
El karma es como las tarjetas de crédito, disfrutas ahora, pero pagas después y con intereses
Por Carlos Mota Galván
Pese a la prudencia, así la llaman ellos, que ha desplegado la presidenta Sheinbaum ante los caprichos trumpistas, no pudo evitar que por la única ocasión en que se opuso a que tropas estadounidenses ingresaran a nuestro territorio para combatir al narco, el mandatario norteamericano si no mandó, sí permitió, que el conflicto que se viene agudizando desde hace 4 meses en que tomó posesión del cargo, escalara de manera importante.
Del operativo quirúrgico, aunque al margen de la ley, que implementaron para capturar al Mayo Zambada allá por julio del 2024, a los rondines con buques de guerra y drones que sobrevuelan nuestro territorio de manera abierta este año, ahora hemos pasado a los aranceles impositivos, al cierre de la importación de ganado mexicano en nuestra frontera norte, y lo último, al retiro de visas a políticos como medidas de presión ante la escasa respuesta gubernamental, que aseguran, se da en nuestro país para combatir al crimen organizado.
Donald Trump ha llamado además de “mujer encantadora” a la presidenta Sheinbaum, como indecisa y temerosa, respecto a cómo combatir el crimen organizado y ahora, al oponerse a esa “ayuda”, obvio, las consecuencias implican “otra vuelta de tuerca”, que busca terminar de someter a su homóloga “amiga”. Cómo quiera que se vean las cosas, las relaciones entre ambas naciones están en uno de sus peores momentos y la ya famosa “Marco List” (elaborada, se dice, por el Departamento de Estado) contra funcionarios mexicanos acusados de estar implicados con el crimen organizado, les otorga el “derecho” a blandir la espada de Damocles sobre 44 políticos, militares y funcionarios en activo, más aquellos que se agreguen por las investigaciones subsecuentes.
Por ello no es raro que el nerviosismo es ahora quien dicta las conductas de muchos políticos integrantes de la cuarta transformación, pidiendo explicaciones a una administración extranjera a la que poco le importa responder, sabedora de que tienen la sartén por el mango y que pueden llegar hasta donde sus propios intereses y agenda les exijan. La misma presidenta mexicana ha mencionado varias veces en su “mañanera” que Estados Unidos está obligado a responder a esa demanda obteniendo por respuesta de la embajada norteamericana en nuestro país, que esos son asuntos internos y que sus registros son confidenciales.
Pese a que la presente administración mexicana ha realizado varios operativos exitosos contra el narco, el que sigan mostrando que mantienen los mismos principios que su antecesor y que a diversos de sus políticos se les relacione con intereses oscuros, provoca que la desconfianza siente sus reales en Washington, de ahí que cualquier operativo que emprendan, nunca es compartido con sus homólogos aztecas, como el caso de la reciente entrega en la frontera de San Ysidro, de 17 familiares de Ovidio y Joaquín Guzmán, entre ellos su madre, Griselda López, concretándose así el primer paso del acuerdo donde el 6 de junio Ovidio cambiará su declaración a culpable y de que el 9 de julio declare, como testigo protegido, ante la Corte del Distrito Norte de Illinois, todo lo que sabe respecto a la forma de operar del cártel de Sinaloa y las autoridades implicadas con ello, y que seguramente es mucho.
Esta comparecencia sin duda enrarecerá más nuestra relación con el gobierno norteamericano, muchos de quienes se sentían intocables cambiarán de postura, sobre todo después de atestiguar como Estados Unidos ya estrenó el delito de narco terrorismo contra el grupo de los Beltrán Leyva y promete ir con todo contra ellos y otros más. Por cierto la designación del nuevo embajador norteamericano en nuestro país no resulta una noticia muy buena para el gobierno mexicano toda vez que Ron Johnson tiene una formación castrense y su currículum señala haber sido uno de los 55 asesores militares y quien dirigió operaciones de combate en El Salvador. Tras su carrera militar trabajó para la CIA y participó en experiencias operativas y de combate en todo el mundo, para pasar después al cuerpo diplomático norteamericano.
El nuevo embajador ha sido descrito por la Casa Blanca como un trabajador efectivo en múltiples temas regionales como refugiados, lucha contra el narco y el terrorismo, entre otros con temas más. Como anillo al dedo pensará Trump, para sus nuevos planes con su vecino del Sur.