“No es difícil sacrificar algo por alguien, lo difícil es encontrar alguien que merezca tu sacrificio”
La amenaza se cumplió, a partir de hoy, que se publicó en el Registro Federal de Estados Unidos, ya 6 cárteles mexicanos engrosan la lista de las organizaciones terroristas internacionales contra los que la nación más poderosa del orbe, pueden combatirlos, no solo en su territorio, sino donde se encuentren, según les autorizan sus propias leyes.
Tal acción originó que la presidenta mexicana soltara, a pregunta expresa en “la mañanera“, que nunca permitirá que se vulnere la soberanía nacional, y que si se llegara a vulnerar, ella tiene a un pueblo entero para defender a la patria” y es justo en este punto donde tal seguridad es cuestionada, incluso por aquellos que ven en Trump una de las peores amenazas para el mundo.
La falta de empatía, la corrupción galopante de sus funcionarios, su incapacidad para sortear eventualidades, su autocomplacencia con quienes delinquen, su servilismo y muchas otras “cualidades” más, propician que Morena difícilmente pueda inspirar a todos quienes conformamos este pueblo a seguirles al despeñadero, en el supuesto, por supuesto, que ellos opten por esta acción para inmolarse. Al igual que Trump, a ambos mandatarios les encanta echarse sus tacos de lengua, la diferencia es que el vecino si los deglute y aquí, solo los mastican sin digerirlos.
La verdad de las cosas es que la administración norteamericana ha decidido escalar la beligerancia contra el crimen organizado en nuestro país con la “aceptación“, a querer o no de nuestras autoridades; el uso de drones, todavía sin misiles, empezó con la administración de Joe Biden de manera encubierta, ejecutando su operación discretamente, ahora, con Trump, y con su operatividad en manos de la CIA, las cosas han cambiado, se hacen sin ningún recato, como lo publicó el New York Times, por lo que Sheinbaum tuvo que salir al paso aceptando la colaboración entre ambas naciones, buscando con ello minimizar la filtración del diario norteamericano.
La verdad de las cosas es que muchos críticos y ciudadanía en general a través de las redes sociales manifiestan preferir optar por quedarse de brazos cruzados, en caso de una intervención directa contra el crimen organizado en México, desoyendo las amenazas de Paco Ignacio Taibo II de que se les aplique la pena de muerte a aquellos que aplaudan a Trump por lo que él denomina “traición a la patria” (?), olvidando que la verdadera traición pudiera estar en otras acciones.
Como quiera que sean las cosas, este llamado de la presidencia parece caer en tierra de sordos y que aún quienes se ven beneficiados con dádivas, muchos de ellos por edad y otros por elemental sentido común, solo apoyan de dientes para afuera estas declaraciones.
Adicionalmente, y sin que ello signifique una debacle, empiezan a surgir inconformidades serias entre los propios militantes morenistas por las decisiones tomadas al interior de su partido y como argumenta José Fonseca, de la columna café político, “la olla de tamales que fundó AMLO, Morena, está en crisis porque ahora están imponiéndose los vulgares ambiciosos” aquellos que vienen de otros partidos y consiguen excelsas recompensas, aun cuando tengan un pasado cuestionable y que fueran criticados por sus acciones, ahora se les premia, refiriéndose a la incorporación de Yunes y el descontento de Rocío Nahle.
Por todo ello, el persistir en seguir con las directrices del pasado, parece insostenible; querer compararse con el general Calles en la nacionalización del petróleo, es imposible, los tiempos diferentes y los personajes abismalmente distintos, este llamado no deja de ser un mero “jarabe de pico”.