![](https://mexicopolitico.com.mx/wp-content/uploads/2025/02/Arcoiris3.avif)
Por María De Macorina
En un mundo de contrastes donde Luz y Oscuridad -desde tiempos inmemorables- bailan felices un eterno vals; Paz y Arrebato se encontraron.
Él tan lleno de furor y éxtasis, furtivamente robó a ella una mirada y de un suspiro nació una emoción descontrolada. Ella, serena y calmada, con un corazón sabio y prudente. Él, apasionado y vivaz, con una energía sin fin.
Luz y Oscuridad, aquellos seres infinitos, creadores del tiempo -padres de Noche y Día- expectantes contemplaban la indescifrable historia que apenas nacía.
Paz, flanqueada siempre por fieles escuderos, reinaba el mundo de la Alegría. Prudente, reflexiva y objetiva.
Practicaba diariamente en sus jardines sus habilidades y destrezas. Entrenaba con Constancia y Determinación.
Una mañana, de repente en su castillo él apareció; y al ver a Arrebato, algo dentro de ella despertó. Su vivacidad y encanto la sedujeron y pronto enamorada se encontró; ni sus años de enfoque y precisión pudieron evitar la influencia de Obsesión.
“No lo hagas”, le decía Cordura. “Te sacará de equilibrio, te hará perder la cabeza”. Paz no la escuchó. Depresión y Tedio, que desde hace tiempo merodeaban su razón, no dejaban de atormentarla y aunque una tregua ya se había pactado entre ellos, hoy bajo fuego amigo le decían. “Él te hará sentir viva”. “Te sacará de esta monotonía”.
Y así, Paz que experimentaba emociones jamás sentidas se lanzó a la aventura de lo prohibido. Al principio, emocionante y apasionado. Arrebato la llevaba a lugares y situaciones que nunca había imaginado. La hacía reír.
Pero de repente ambos comenzaron a llorar, Deseo los controlaba, mantenía su mente siempre despierta, pero después… en un constante estado de alerta. Deseo los disfrutaba.
Pronto, la emoción inicial se desvaneció, y Realidad se impuso. Arrebato se volvió avasallante; su deseo desmedido por Paz no le permitía concentrarse en nada por mucho que se esforzara y es como a la historia llegó Ansiedad.
En cada luna que cruzaba el universo, Paz intentaba hacer que las cosas funcionaran. Buscó a Sabiduría y Control, pero ni esos sabios consejeros calmaban su corazón, y los días y las noches le causaban dolor. ¡Tan distintos ellos!
Amor que los veía pelear, al tiempo que luchaban por su relación, llamó a Luz y Oscuridad y juntos invitaron a todos los personajes de este cuento a disfrutar de una rica velada: luces, música, vinos y placeres culinarios. Embriagados, llamaron a danzar a los atormentados enamorados; Paz y Arrebato comenzaron a bailar el vals eterno de la vida, intentando encontrar un equilibrio entre la pasión y la serenidad.
De pronto, Arrebato se detuvo y frente a todos susurró al oído de su amada. Pero ante el vaivén de las olas en las que los devotos se zambullen, solo las estrellas escucharon una promesa ¿amor o desamor? el final de la historia aún no se puede contar, la música no ha dejado de sonar.
Siempre Arrebato buscará a Paz, pero su esencia, su naturaleza y su pasión, le harán cometer errores por los que ella no se encontraría a sí misma y la Dicha no les dejaría vivirse plenamente. Pero en lo eterno, Tiempo y Esperanza darán esos espacios de encuentro que les hagan sonreír a la vida de vez en vez y unirán su magia -distinta siempre- para dar a los días la riqueza del vivir por alguien y para alguien.
Tal vez, y solo tal vez, si las letras embonan perfectamente en los sentidos, les darán ruta para armar y nacerán los colores del Arcoíris para que todo ser vivo los disfrute y los sueñe y les envidie por esos momentos solitarios de amor.