Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
24 de enero de 2025
La grotesca política exterior que tuvo México con López, y que Sheinbaum se afana en ponerla peor con sus desplantes arrogantes y en la negación que la caracteriza, no le sirvió de nada, porque ya aceptó convertir a México en país receptor de todos los migrantes, de la nacionalidad que sea.
Trump está demostrando que cumple con lo que prometió en su campaña y ha convertido a los migrantes en invasores que ponen en peligro a su país. Él, siendo la soberbia personificada, sabe muy bien cómo, dónde y hasta qué punto hacer las cosas, eso es precisamente lo que marca la diferencia con Sheinbaum, ella está desorientada desde hace mucho tiempo y no mide la consecuencia de su propia altivez.
Esta será una competencia entre dos autoritarismos de diferentes divisiones y recién inicia el encuentro -futbolísticamente-, recibimos un gol de vestidor; lo peor es que el partido ya lo perdimos y será con un abultado marcador. Pretender jugarle al desarrapado al líder más poderoso del planeta, es como escalar un muro de una cancha de frontón con las uñas. Nos odian, nos quieren pisotear y si se deciden a hacerlo, lo harán sin que podamos meter las manos.
Desde la cancelación del NAIM, las constantes violaciones a la Constitución, leyes secundarias, tratados y compromisos internacionales; el exterminio del Poder Judicial; la gigantesca corrupción, y el contubernio con el crimen organizado, aunado a las constantes señales en contra del bloque norteamericano, quedando bien con China, Rusia, Venezuela, Cuba y Nicaragua, son más que suficientes señales que leyeron bien los estadounidenses.
Sheinbaum, que no canta mal las rancheras, de entrada exhibió su pleitesía a su líder con una debilidad extrema: provocó que propios y extraños vieran que ella no es la número 1 y aunque ahora, llevada por las circunstancias extraordinarias, trata de taparle el ojo al macho, lleva a cabo acciones contra algunos cárteles, pero éstos son grandes y poderosos, y hacen que las acciones se vean débiles y no creo que sirvan para convencer a Trump.
Lo que anuncia Sheinbaum y lo que realmente sucede, se contradice, ella se equivoca en todo, en lugar de decir abiertamente que el gobierno mexicano va directamente contra los cárteles, solo se concreta a que García Harfuch con mentiras y manipulaciones dictadas mal informe sus magros resultados, que contrastan con lo que todos los días leemos o vemos en la prensa escrita y electrónica; la cantidad de asesinatos en diferentes estados fallidos, como Sinaloa Guerrero, para no hacer más extensa la lista. ¿Cómo puede seguir siendo gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya y Evelyn Salgado en Guerrero si ambos están señalados como parte del crimen organizado?
Marcos Rubio, el más que poderoso secretario de Estado gringo, sabe perfectamente cuáles son los principales cárteles mexicanos: El de Jalisco, Sinaloa, del Golfo, los Z, la Familia Michoacana y la Unión Tepito, y esos serán su principal objetivo; sabe cómo combatirlos, tiene las herramientas y los principales responsables de las instituciones gubernamentales, solo están esperando su señal. Creo que ni nos enteraremos cuando den su primer golpe.
Rubio nos excluyó de su primera gira, solo va a Panamá, Guatemala y El Salvador, eso tiene una lectura que no nos es muy halagüeña. Apenas el miércoles de esta semana, nuestro “experimentado” canciller recibió instrucciones de su jefa de establecer contacto con él -esto es patético-, ni Ebrard, ni De la Fuente y menos Moctezuma, nuestro ínclito embajador, están a la altura de las circunstancias. Ahora solo falta que la arrogante comodín titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcenas, sea la que nos represente.
Puede ser que Trump primero negocie con nosotros que con Canadá, y hasta administre sus decretos, entre otras cosas, lo llevarían a quedarse sin mano de obra calificada para la enorme cantidad de actividades agrícolas, industriales y de servicios que la comunidad hispana, principalmente los nuestros, hacen y lo hacen muy bien. En los aranceles, terminará negociando con Sheinbaum, pero a cambio de un giro total en el combate a los cárteles y de una declaración muy clara de su alineamiento con Norte América.
