- ¿Es buena o mala señal?
- ¿Afectará eso los acuerdos entre México y Estados Unidos?
“Dejad que China duerma, porque cuando despierte sacudirá al mundo”,
Frase que suele atribuirse a Napoleón Bonaparte.
Gracias Víctor Pacheco, por el dato.
El fortalecimiento de la relación comercial entre México y China en 2025 representa tanto una oportunidad como un reto, especialmente considerando la estrecha relación de México con Estados Unidos.
En apariencia -así como un espejismo- ampliar la relación con China podría proporcionar ventajas económicas, pero requiere un enfoque estratégico para evitar fricciones con Estados Unidos, nuestro principal socio comercial. Se abre la oportunidad de posicionarse como un puente entre Oriente y Occidente, beneficiándose de la cercanía geográfica del país del norte. Esto demanda diplomacia hábil, visión estratégica y un fortalecimiento interno que permita aprovechar las oportunidades sin comprometer su soberanía ni sus alianzas clave.
El Canciller sí cumple el requisito, pero ¿más arriba? ¿Siquiera le interesará eso?
Un dato encontrado en el periódico El Universal por ahí de 2020, menciona algunos dichos del entonces embajador y hoy Canciller mexicano, Juan Ramón De la Fuente:
“México y China llevan 42 años de relaciones diplomáticas. China es el 2º socio comercial de México en el mundo y el primero entre los países de Asia-Pacífico. En el período 2001-2011, el intercambio bilateral se incrementó 1,219.4%. México es el 25° socio comercial de China a nivel mundial. China es el 6° inversionista en México entre los países de Asia-Pacífico. La relación económica bilateral parece que experimenta un importante dinamismo”.
Fácil de escribir, difícil de dimensionar tener enfrente al sexto mayor inversionista en México con interés en sectores como infraestructura, energía, tecnología y manufactura.
Apenas el viernes pasado, el portal político.mex mencionó que “aunque no se dice públicamente, todo parece indicar que los amagos del virtual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya tienen consecuencias en México.
La defensa de la mandataria federal, Claudia Sheinbaum, ha sido contundente frente a los dichos del empresario, también se han realizado acciones en los últimos días que han dado un ‘golpe’ a los negocios de China en el país. Luego del aseguramiento de hace unas semanas de mercancía que venía del país asiático, ahora el secretario Marcelo Ebrard anunció el incremento en aranceles para las importaciones textiles. Solo basta recordar que China es uno de los principales proveedores de textiles para México”.
Entonces, a partir del 20 de enero cuando Trump asuma el cargo, EU podría percibir el acercamiento con China como un desafío estratégico. Dada su rivalidad geopolítica, es probable que ejerza presión para limitar la influencia china en América del Norte. El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) incluye disposiciones que podrían entrar en conflicto con ciertos acuerdos comerciales o tecnológicos que México establezca con China.
Las reglas de origen y los acuerdos sobre propiedad intelectual podrían ser un área de controversia. Y eso lleva a algunos desafíos de la Relación México-China.
La protección de la industria nacional -cada vez menos apoyada y más desprotegida- enfrenta que la competencia china puede amenazar a sectores industriales sensibles en México, como el textil, el acero y la tecnología.
Podría darse (o ya se vive) una enfermiza dependencia tecnológica que debe manejarse con precaución, considerando las preocupaciones de seguridad que EU podría plantear, especialmente en áreas como 5G y telecomunicaciones.
Para evitar caer en la influencia desmedida de cualquiera de las dos potencias, y no comprometer soberanía ni estabilidad económica, México necesitará manejar cuidadosamente su relación con ambos países y evitar una posición incómoda en la competencia geopolítica. Es necesario establecer políticas de protección y fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas mexicanas.
¿Habrá interés por ello por parte de Marcelo?