Atreverse no solo abre puertas; construye nuevas rutas para crecer.
ChatGpt
Atreverse es el primer gran paso. Muchas veces, la resistencia al cambio no surge por falta de capacidad, sino por miedo a lo desconocido o la creencia de que las herramientas actuales “ya son suficientes”. Sin embargo, en un mundo donde la información y las posibilidades tecnológicas crecen a una velocidad impresionante, atreverse a experimentar y aprender se convierte en una ventaja clave.
La mayoría de las personas buscamos resolver una pregunta específica en el menor tiempo posible. Los buscadores responden a esta necesidad entregando fragmentos de información directamente (como los “snippets” destacados).
Los buscadores tradicionales, como Google (que ahora vive problemas legales MUY serios en el mundo), han moldeado nuestra forma de interactuar con la información en redes. No es que “nos impidan” ver más allá, sino que su diseño y el hábito que hemos desarrollado al utilizarlos fomentan una forma rápida y superficial de consumir información. Todos los días lo vivimos.
Los buscadores están diseñados para proporcionar resultados inmediatos y relevantes, basándose en palabras clave. Aunque esta eficiencia es útil, sin duda conduce a una experiencia pasiva donde el usuario acepta la primera o segunda respuesta sin cuestionarla o explorar más a fondo. Resuelve rápido y punto.
Esto hace que el usuario confíe ciegamente en la información superficial y no investigue más allá.
Para entender esto, solo basta ver si aparecen limitaciones como las palabras que solo los expertos dominan: El algoritmo prioriza resultados “populares” o bien posicionados, no necesariamente los más profundos o completos.
¿Qué implica “atreverse”? Dejar la zona de confort: Abandonar la idea de que lo conocido es lo único confiable y abrirse a explorar herramientas nuevas, incluso si al principio resultan complicadas o intimidantes. Es equivocarse para aprender.
Las primeras veces con tecnologías como el ahora muy usado ChatGPT, herramientas de análisis de datos o diseño asistido por IA pueden ser frustrantes, pero cometer errores forma parte del proceso de aprendizaje.
Cambiar la mentalidad de “buscar respuestas” a “explorar posibilidades”. No se trata solo de resolver problemas inmediatos, sino de descubrir nuevas formas de pensar, crear y conectar ideas.
¿Cómo motivar a más personas a dar este paso? Recalcando que casi siempre habrá beneficios concretos. Entendiendo que las herramientas pueden simplificar tareas diarias, abrir nuevas oportunidades de aprendizaje o incluso mejorar la productividad en lo laboral y personal.
Ejemplo: Una persona que necesita escribir un artículo puede usar IA para generar ideas, estructurar argumentos y mejorar su escritura. Pero de ninguna manera, debe atreverse a entregar eso como un texto propio. Aunque ya pasa todos los días.
Aquellos que ya usan las nuevas herramientas, pueden -deben- compartir sus experiencias, guiar a otros en sus primeros pasos y mostrar que no es necesario ser un experto para comenzar.
Normalizar el uso de estas tecnologías: Hablar abiertamente de cómo forman parte de nuestras actividades cotidianas puede eliminar prejuicios y desmitificar la idea de que solo son para “expertos” en tecnología.
En automático, eso podrá incrementar la capacidad de innovación. Cada persona puede encontrar maneras creativas y únicas de aplicar estas herramientas en su vida.
De esa manera se redefinirá el cómo entendemos el conocimiento, al combinar habilidades con la tecnología, y profundizar en temas complejos al conectar ideas de formas antes impensables.
El potencial está ahí, listo para ser aprovechado. Atreverse no solo abre puertas; construye nuevas rutas para crecer, leí por ahí.
O mejor preguntemos solo por molestar: ¿Habrá esas materias en las Universidades para el Bienestar, Benito Juárez García?
Nomás por saber qué tan actuales están.