Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
Si quedaba alguna duda de cómo sería el inicio del mandato de la presidente Sheinbaum, bastaron unos cuantos minutos en San Lázaro para que mostrara su manera de gobernar. Vimos qué clase de sexenio tendremos que sufrir con Morena al mando de los destinos del país.
Lo que más me impactó fue su enorme desfachatez, su capacidad de mentir y su fanatismo por el tlatoani que la embriaga, al grado de que ni se da por enterada de que en breve, no solo su gobierno, sino el país puede colapsar de diferentes formas, y que el pueblo bueno y sus opositores se le vayan encima.
La actitud de Sheinbaum es grotesca, solo se limita a decir que seguirá de lleno en la edificación del segundo piso de la Transformación, que no es otra cosa que la destrucción sistemática de las instituciones que protegen a nuestra ya casi extinta democracia. Éstas nos han traído seguridad de que la ciudadanía no está sola, desprotegida ante alguna acción gubernamental en su contra.
No entiendo que haya hablado tanto sobre el empoderamiento de la mujer, diciendo que ahora llegaron todas al poder y haya ignorado a las madres buscadoras, a los movimientos feministas que se han manifestado varias veces con demandas justas -aunque algunas lo hagan en forma incorrecta-, a las mexicanas que desaparecen o son asesinadas todos los días; a todas ellas, no les dirigió ni una palabra.
Que en forma absurda en la máxima Tribuna Nacional,haya proclamado vivas a la Cuarta Transformación,convirtió su toma del cargo en el Congreso, en un mitin de Morena. El 42 por ciento que no votó por ella, quele son transparentes, que no existen, que están desarticulados, Sheinbaum no les tendió la mano, y cuando dijo que gobernará para todos y fue igual que AMLO, ignoró a sus opositores.
Ahora podrá hacer lo que le dé la gana a López Obrador, que será quien le dará las órdenes e instrucciones a través de Andrés Manuel López Beltrán y de Jesús Ramírez Cuevas, entre otros, quienes le indicarán qué decir y de qué forma.
Ni una palabra dijo sobre la inseguridad y criminalidad en la que estamos inmersos; solo el día 1 de este mes, mientras estaba en sus eventos, hubo 80 asesinatos en México. Hoy viernes, ya su administración casi triplica ese número de crímenes. Algunas de ellas se lo buscaron, pero otras fueron completamente inocentes. Lo de los migrantes asesinados por el ejército en Chiapas es muy grave, y ahí sigue Francisco Garduño Yáñez al frente del INM.
Nos hubiera gustado escucharla decir que las Fuerzas Armadas combatirán al crimen organizado con toda la fuerza del Estado. Pero no, parece ser que a ella también le gusta eso de los abrazos -por lo menos besar manos-, vimos el debut de un florero llamado Omar García Harfuch.
Me agrada mucho que por fin sea una mujer la que gobierne el País, pero los mexicanos la escogieron mal. El ser mujer no la exenta de corrupción, no la hace demócrata, ni siquiera le da la libertad de decidir. Ella no va por la unión de los mexicanos y por la reconciliación, eso es lo que menos le importa y podría decir que entre más polarizados estemos, será mejor para sus fines, que son los que López Obrador le ha señalado. No le importa el sufrimiento de la gente, su egocentrismo se lo impide, es soberbia ydeshumanizada, fue a Acapulco y tampoco se acercó a la gente, solo se reunió con las autoridades localesde Morena en la Base Naval. Lo dicho, se comporta como robot manejada por ya saben quién.
El ignorar la resistencia de los integrantes del Poder Judicial que cada día está creciendo y que corre en paralelo a lo que la Ministra Norma Piña está gestando en la Corte, tendría que desembocar en ordenar a los otros dos poderes que detengan sus acciones inconstitucionales; los desacatos nos pueden llevar no solo a una controversia constitucional grave, sino a una crisis sin precedente en México.
El camino para la Corte sería ordenar a las Fuerzas Armadas detener a los infractores y poner orden. Esto sería muy interesante verlo, ¿serían capaces los militares de ponerse del lado de la Constitución, como de hecho están obligados, o del lado de los insurrectos aunque su Jefa Máxima fuera una de ellos? Cuatro jueces federales han ordenado detener la reforma y el Ejecutivo y el Legislativo ni los oyen ni los ven.
Todo esto el pueblo bueno no lo dimensiona, no lo entiende, es más, no le importa. Sheinbaum navega por aguas muy tempestuosas y sin brújula. Llevar la reforma en completa ilegalidad, es un error de la Presidente que le puede costar mucho.
