Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
27 de septiembre de 2024
A tres días de que Claudia Sheinbaum se convierta en la primera mujer que presida al gobierno federal en la historia de nuestro país, no puedo dejar de analizar en cómo resultó ser la afortunada de haberse sacado al tigre en la rifa. Independiente de que ella vaya a ser la Presidente de la República desde el ya muy próximo uno de octubre al 30 de septiembre de 2030, la forma que utilizó AMLO para ponerla en la silla del águila, fue al más rancio estilo del PRI en los tiempos en que ese partido ocupaba el lugar que ahora tiene Morena.
Hay diferencias considerables: en aquellos tiempos el Presidente en turno no lo hacía por capricho personal, tenía que tomarse la molestia de que una vez que tenía una preselección de candidatos a sucederlo, sondeaba entre diferentes élites: sindical, empresarial, gobernadores, fuerzas armadas, y peloteaba con ellos lo que pensaban de los dos o tres seleccionados, y una vez que había visto el gesto de cada quien, escogía al que le daba la gana, pero por lo menos sopesaba la opinión de varios.
En cambio, López se fue por la libre, muy fiel a su estilo personal de gobernar; a él nunca le ha importado lo que piensen los demás, porque simplemente se cree el dueño del destino de los 130 millones de mexicanos y para él, solo su manera de pensar es lo que importa.
¿Qué será lo que decida Sheinbaum, ser la Presidente de la República o ser la virreina nacional? ¿Cuánto tiempo permanecerá López en la CDMX, unas semanas o años tal vez? Ya no se va a La Chingada.
Él piensa que la ungida es la única que le garantiza la continuidad de su proyecto transformador y lo más importante, nunca será capaz de írsele encima a él y a su familia y traicionarlo, sino que lo obedecerá al grado de que él podrá seguir teniendo el poder y la Sheinbaum solo será un tibor presidencial en Palacio Nacional donde colgará la Banda Presidencial el tiempo que le convenga, y cuando él decida a su sustituto la tirará por el balcón y pondrá posiblemente a su hijo Andrés López Beltrán. Ya le dejó mucha ponzoña para que le manejen la comunicación: Jesús Ramírez Cuevas, Rafael Barajas el Fisgón y Epigmenio Ibarra; la pretendida por ella, Paulina Silva, su comunicadora de siempre, estará atada de manos.
Hasta el día de hoy, ese podría ser muy bien el panorama, López Obrador es dueño del estadio, los jugadores, el árbitro y la pelota, y en las tribunas está la hinchada Morena que lo apoya con todo y contra todos, ¿qué podría fallarle?
Algunos analistas de forma muy tibia predicen que Sheinbaum solo le ha estado haciendo el caldo gordo a su jefe, esperando recibir la Banda Presidencial y sentarse en la silla del águila. Que ahí será cuando dé un manotazo en el escritorio y se imponga.
Es muy difícil saber cuál será el camino que siga Sheinbaum, ella ha dado señales encontradas y desconcierta a muchos. ¿Será que con ella extrañaremos a López o que descansaremos de López?
Ya la descortesía que se le hizo a España, no invitando a su Jefe de Estado, el Rey Felipe IV, nos hace ver que a ella tampoco le importa lo que en el exterior se piense de la Presidencia de la República. No le importó darse un balazo en el pie con el segundo socio más importante que tenemos.
Los motivos que esgrimió Sheinbaum para justificar su desatino, solo nos muestra dos cosas: el próximo canciller Juan Ramón de la Fuente carece de importancia para ella y que sus asesores no le informaron que cuando los conquistadores vinieron a América hace 500 años, ni México ni España existían.
Es una lástima que llegue al poder una mujer que carece de liderazgo y que, si por algo llegara a faltar el tlatoani, ella tendría que enfrentar una verdadera revolución Morena que pondría a México al borde de un abismo de incertidumbre, con un futuro muy incierto. Lo que se nos avecina es algo que la sociedad de este país no solo no está preparada a vivirlo, sino a entenderlo. Simplemente la controversia que se está gestando en la Corte contra la Reforma Judicial y la falta de liderazgos en la oposición, será un choque de trenes muy grande si llega a prosperar y no veo a nadie más que lo pare, que otro poder que también, en su seno, enfrenta controversias, el poder militar.