Luis Sunderland Méndez
X@LouSunderland
2 de agosto de 2024
Seguimos en el proceso en que el oficialismo seguramente logrará acabar con lo que queda de la vida democrática nacional, Sheinbaum está muy contenida, ella solo utiliza el discurso que escuchamos de López desde siempre, pero más con el tema de apoderarse del Poder Judicial.
La 66 legislatura -la actual-, ya tienen todo listo para que desde el 1 de septiembre que ocupen sus curules los de la 67, se ponga en marcha la rupestre venganza de AMLO contra La Corte y los organismos autónomos; los actuales diputados ya dictaminaron todas las iniciativas correspondientes en comisiones, tal y como ordenó el presidente.
En septiembre López se valdrá durante un mes del recién llegado Congreso para echarle las últimas paladas encima de nuestra democracia, enterrándola por lo menos dos sexenios si nos va bien.
Lo triste es que a millones de mexicanos esto no les importa; con recibir sus pensiones les basta. Cuando se les dice que llegará un momento en que los recursos económicos se agoten y que el gobierno no tendrá más remedio que endeudar al país, no les da ningún temor.
Si les dices que todos esos recursos que se despilfarran en obras faraónicas, en lugar de destinarlos a la salud, en comprar medicamentos, en la educación, en obras de infraestructura que se requieren con urgencias o simplemente para tener una fuerza policiaca a nivel estatal y municipal acorde con la inseguridad que nos asola, ellos ni lo entienden y prefieren recibir el beneficio de la pensión, aunque nunca vayan a conocer el Tren Maya o utilicen el AIFA.
Joe Biden había dado la impresión de estar desinflado y todos se confiaron, principalmente AMLO. Lo subestimó al grado que se sintió seguro de que todos sus ataques al gobierno vecino quedarían en una anécdota y que los americanos lo dejarían pasar. Pero lo que acaba de suceder con la detención de los dos capos mexicanos, uno de ellos -el más importante-, resulta como lo menciona la Carpeta Purpura, una verdadera carambola de tres bandas.
El hecho de que el gobierno americano en la misma semana, haya liberado a uno de los jefes importantes, hijo del más importante y que a otro lo reubicara a otro penal, hijo del que está detenido de por vida y que los dos que se entregaron al FBI llegaran a Texas, pone al descubierto la muy acertada posibilidad que todo fue parte de un pacto y no de una traición.
Los americanos les señalaron a los recién detenidos dos caminos, uno que los lleva a presidio unos años y luego la libertad y el otro sería que la próxima administración los atrapara y los refundiera en un penal por lo que les resta de vida o posiblemente, sus familiares recibieran un acta de defunción. En otras palabras, vivos y protegidos o en un cajón.
Con toda esta acción, Biden le da un fuerte golpe a Trump que le quita el tema de los carteles envenenando a los americanos y al poner tras las rejas al principal proveedor de tan nefasto veneno. Además lo hace sin aspavientos y ruido, por el contrario Trump amenazaba hasta con invadirnos.
Pero lo más sobresaliente de toda esta operación es que Biden y Harris, ponen a López Obrador contra la pared, porque más allá de avanzar contra el crimen organizado, se espera que los ahora huéspedes del gobierno norteamericano, pongan a su disposición la cantidad de evidencias que demuestren las complicidades que supuestamente se tienen con el gobierno de la 4T, sobre todo, con nuestro presidente López.
Los especialistas del tema se explican que la razón de que el gobierno de Biden no haya cuestionado nada el triunfo de Sheinbaum, es precisamente porque esta operación estaba a punto de concretarse y que recibirían información muy comprometedora para López y familia. No cabe duda de que aquí en México, deben de estar muy nerviosos sobre su destino, más que pronto será un ciudadano común y corriente.
