septiembre 19, 2024

Cultura Impar: Por un lado, la Olimpiada, por el otro las drogas

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Semana de competencias mundiales no solo deportivas

París en silencio; Celine (y Edith Piaf) cantándole al mundo

y en homenaje a la maravilla que es el humano,

en competencia consigo mismo y superándose.

Claudia Rueda después de algunos debates familiares.

Sin duda alguna -en los medios informativos- el criterio diario de la nota roja impera sobre la gracia y la bondad que representan los Juegos Olímpicos (solo una vez cada cuatro años). El daño social impacta de manera casi irreversible tal vez (solo tal vez) a partir de la indiferencia de quienes dirigen los medios

La Cultura Impar decidió comparar dos eventos mundiales que en menos de 24 horas hicieron voltear los ojos de un lado a otro. Primero, la captura del -algunos le dicen legendario- Mayo Zambada, el verdadero líder de los capos no solo en México, sino internacionalmente hablando.

Por este sr. ofrecían la friolera de 15 millones de dólares a quien se atreviera a dar datos sobre su paradero. La leyenda dice que no dormía dos veces en el mismo lugar para garantizar su reinado. Lo cierto es que las autoridades de Estados Unidos informaron que fue capturado en El Paso, Texas, donde al parecer residía o dicen que residía. O sea, ya estaba a medio establecer a sus más de 76 años.

El día de la inauguración de la Olimpiada en París, en varias partes del mundo daban cuenta de la captura (o entrega voluntaria) de Zambada a las autoridades estadunidenses, y las descripciones que por todos lados se vertían sobre él y su influencia en gobiernos, ciudades y economías de varios continentes.

Los Juegos Olímpicos son considerados la principal competición del mundo deportivo, con más de doscientas naciones participantes. La historia señala que empezaron en Grecia por ahí del año 776 antes de nuestra Era, así que se dice que esta será la Olimpiada número 33 de la era moderna.

La influencia del Mayo abarca casi 75 países.

En poco más de 100 años, los Juegos Olímpicos continúan con la misión de unir a las naciones y superar las divisiones políticas, económicas y sociales, y conecta a personas de diferentes orígenes y contextos, contrastando con los efectos divisivos de fenómenos como las mafias y el tráfico de drogas.

Esta vez se entregarán unas cinco mil medallas en 45 deportes reconocidos, en los que participarán unos 10 mil 500 atletas de todo el mundo. Por cierto, México va con más de 100 atletas en sus representativos, para participar en 24 deportes con posibilidad de ganar metales en tiro con arco, clavados, taekwondo y hasta atletismo.

Las drogas afectan la percepción y aceptación de los Juegos Olímpicos de varias maneras, y esta influencia se manifiesta en diferentes niveles.

El dopaje daña la reputación en el deporte, disminuye la confianza en las competiciones y genera controversias en torno a los resultados. Casos notables, como el de Lance Armstrong en el ciclismo y los escándalos de dopaje en el atletismo ruso, han tenido un impacto negativo en la percepción de la competencia.

El dopaje no solo engaña a los demás competidores, sino que también desmotiva a los atletas que compiten de manera limpia.

Los medios de comunicación juegan un papel importante en la forma en que se perciben los Juegos Olímpicos. Los reportajes sobre dopaje y el uso de drogas pueden dominar la cobertura mediática, desviar la atención de aspectos positivos y afectar la forma en que el público ve las competencias.

Las drogas y el tráfico de sustancias también tienen un impacto en las comunidades locales, afectando la seguridad y el bienestar social.

Pero mejor veamos la Olimpiada, disfrutemos la magia de quienes se preparan por años para competir.

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