“Mi complejo de superioridad es mejor que el tuyo”
Refrán popular.
Carlos Mota Galván
“Estoy seguro de que pasaré a la historia como uno de los mejores presidentes de México” dijo Andrés Manuel López Obrador, y agregó que “aunque ello lo decidirá la ciudadanía, he hecho lo necesario para lograrlo, al haberme esforzado en combatir la pobreza en el país y al convertir al pueblo en actor principal de la vida pública”, argumentando que muchos de sus programas fueron consultados, o en beneficio del pueblo.
Tales ensoñaciones, vertidas por el mandatario nacional nos invitan a reflexionar en varias cosas, en primer lugar en el que los datos que se tienen en la estadística para conocer el comportamiento de la pobreza en México corresponden a 2022, los de 2024, tendremos que esperar hasta el próximo año para conocerlos. En segundo lugar, que estas medidas son subjetivas pues mientras se afirma que ha bajado la pobreza laboral, se ha incrementado el de la pobreza extrema.
Ciro Murayama, economista, profesor de la UNAM, contradice los buenos resultados de esta administración exaltados por su titular, dando a conocer “otros datos”: 50 millones de personas no tienen cobertura de salud, lo cual resulta obvio si tomamos en cuenta lo dicho por el presidente, quien reconoció que el Instituto de Salud para el Bienestar, INSABI, no funcionó conforme a lo proyectado, por lo que calificó a este organismo como un tropiezo, en lugar del rotundo fracaso que en realidad fue.
En violencia, un tema que resulta imprescindible para calificar a una buena administración de otra que no lo fue, el también ex consejero del INE, recordó que México se encuentra en el top 10 de los países con más homicidios en el mundo (al día de hoy suman 191 mil 894). En educación, agrega, más de un millón de niños dejaron de recibir educación básica, entre otros datos más, que ponen en entredicho lo expuesto por el presidente. Aquí faltaría por agregar los desaparecidos y la violencia sin precedentes que se ha alcanzado contra las mujeres y que por lo visto pasan desapercibidos para las autoridades encargadas de combatir este flagelo.
Existen otros muchos datos que abonan a demeritar el trabajo efectuado por esta cuestionable administración de la “transformación”, que inician desde la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, que nos costó 113 mil 327 millones de pesos, por un capricho presidencial, hasta la muerte de 808 mil 619 personas por el pésimo trabajo de control de la pandemia que realizaron; a ello habría que contabilizar también los miles de infantes que dejaron morir por el desabasto de medicamentos contra el cáncer que provocaron.
Segalmex, la empresa creada para buscar la autosuficiencia alimentaria en productos básicos incluyendo los cuatro granos básicos, maíz, trigo, arroz y frijol, y leche y fomentar el desarrollo económico y social en el país, es tal vez la mejor prueba de corrupción que puede presentarse en cualquier gobierno provocando un desfalco por 15 mil millones de pesos, superando en más de dos veces a la llamada Estafa Maestra, ocurrido durante la administración pasada.
Por lo pronto, Andrés Manuel López Obrador ya está dedicado a exponer, el mismo, cómo quiere que se le recuerde, como si en eso también tuviera que plegarse la historia misma. No, el presidente será juzgado, como lo fueron sus antecesores, con rigor por sus acciones, no por la verborrea con que pretende dirigir a la opinión pública a su favor. Afortunadamente no todos somos como lord molécula a quien le expuso sus consideraciones de lo que será su futuro y este luego de aplaudirle la respuesta, le pidió le aceptara jugar con él una “manita de domino”, en una mas de las expresiones denigrantes que este gobierno alienta y patrocina.
